Reportaje:Econonía global

El campo se pone a punto

Gobierno, cultivadores e industria negocian planes para asegurar el futuro de la agricultura en España

Fronteras más abiertas a las importaciones de materias primas baratas desde terceros países; reducción aranceles y recorte en las ayudas directas, constituyen el panorama al que se deberá enfrentar a medio plazo el sector agrario. Este escenario negativo se está traduciendo en los últimos años en un ajuste acelerado de explotaciones y ocupados en el campo hasta suponer ya sólo el 4% del total nacional. Es la parte negativa. Pero, el mismo está constituyendo tambien un punto de partida para sentar las bases de una nueva política para el sector agrario y el mundo rural.

El Ministerio de M...

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Fronteras más abiertas a las importaciones de materias primas baratas desde terceros países; reducción aranceles y recorte en las ayudas directas, constituyen el panorama al que se deberá enfrentar a medio plazo el sector agrario. Este escenario negativo se está traduciendo en los últimos años en un ajuste acelerado de explotaciones y ocupados en el campo hasta suponer ya sólo el 4% del total nacional. Es la parte negativa. Pero, el mismo está constituyendo tambien un punto de partida para sentar las bases de una nueva política para el sector agrario y el mundo rural.

El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, organizaciones agrarias, cooperativas y las industrias agroalimentarias han iniciado la negociación de planes para mejorar las estructuras en las producciones más importantes. El objetivo es lograr unas explotaciones competitivas para el futuro en un sector agroalimentario estratégico que hoy está soportando la crisis mejor que otros sectores. Para el desarrollo de estos planes, la Administración contará con recursos comunitarios y con apoyos nacionales.

El objetivo es lograr unas explotaciones competitivas en un mercado globalizado

La Política Agraria Común (PAC) revisada, permitirá disponer de 144 millones de euros por año de los pagos asignados a un país que no se hayan gastado y que antes se debían devolver a Bruselas; hay otros 109 millones que se recortan actualmente de los pagos directos en la aplicación del artículo 69 de la reforma; y finalmente 66,7 millones en 2009 -para llegar a los 169,9 en 2012- procedentes de la modulación o recorte de las ayudas, a los que se suma otra aportación nacional. En total, unos 350 millones al año para los sectores que suponen el grueso de la producción y para el desarrollo rural.

Frutas y hortalizas conforman uno de los ejes del sector agrario español. La producción asciende a unos 17.000 millones de euros anuales -sobre una producción final agraria de 42.000 millones de euros-, y 400.000 personas trabajan en ambos sectores, que exportan 9,5 millones de toneladas por valor de 8.000 millones de euros.

Pero, no es oro todo lo que reluce, ni lo será en el futuro debido al incremento de las importaciones a precios más bajos desde terceros países, la competencia de los macroinvernaderos industriales instalados en el norte de la Unión Europea y las dificultades para abrir nuevos mercados en terceros países con precios rentables.

Los datos de los últimos años reflejan una estabilidad e incluso un recorte en las exportaciones, unos precios estabilizados y un fuerte aumento de los costes de producción, mientras las importaciones siguen una carrera desbocada con un incremento de 35,6% desde 2003.

Ante este panorama, la Federación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex) ha planteado a la Administración un plan para asegurar un futuro competitivo, mejorando la rentabilidad de las explotaciones. En esa línea, Fepex ha presentado igualmente a la Administración una propuesta para cambiar las infraestructuras del sector, que incluye la mejora de unas 40.000 hectáreas de invernaderos, así como las superficies al aire libre. En el caso de los invernaderos se trata de implantar modelos que incorporan la cogeneración y que ayudarán a aumentar los rendimientos en un 300%. El coste de una hectárea de invernaderos se estima en 1,2 millones de euros.

En el sector remolachero azucarero, la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) supuso recortar a la mitad la superficie de cultivo y las cuotas a la mitad -menos de 500.000 toneladas- y, sobre todo, una fuerte rebaja de los precios. Ante esta situación se impone tener explotaciones más competitivas, aumentando las producciones por hectárea y reduciendo costes de producción para estar en el mercado y evitar el fin del cultivo.

Para dar salidas a este panorama, el sector agrario y la empresa Azucarera Ebro suscribieron un plan de competitividad que, además de contar con aportaciones de ambas partes, espera el apoyo de las comunidades autónomas. El objetivo en la zona del Sur es pasar los rendimientos de 90 a 105 toneladas de remolacha por hectárea en regadíos hasta la temporada 2013-2014 y de 60 a 65 en secano. En las zonas del Norte, Castilla y León, País Vasco y La Rioja, el objetivo es pasar de las actuales 85-90 toneladas por hectárea a las 120 toneladas. Para ello, en conjunto se barajan unas ayudas de unos 28 millones de euros en cinco años.

Las líneas más importantes del plan se concretan en asesoramiento personalizado a los remolacheros, formación técnica, campañas de revisión y evaluación de equipos, renovación del parque de maquinaria, sanidad vegetal y mejora de estructuras.

Coincidiendo justamente con un año de crisis en los cítricos por el incremento de la producción en un 20% -hasta 6,4 millones de toneladas-, pero sobre todo, por problemas de caída de la demanda, está en marcha un plan para la reconversión con ayudas públicas de determinadas variedades en función de la demanda de los mercados.

La avicultura de puesta se enfrenta a la necesidad de modificar casi todas sus granjas antes de 2012 para adecuarlas a la nueva normativa sobre bienestar animal. Los productores, unas 2.000 granjas sobre el papel, pero menos de 1.000 en la economía real, estiman el coste en unos 600 millones de euros. Las mayores exigencias sanitarias en la UE, junto a los sistemas de alimentación y las condiciones laborales, suponen un diferencial en contra de costes del 40%, lo que requiere una mayor eficiencia productiva frente a las importaciones.

También está en proceso de elaboración un plan para el sector de la leche de vaca, que abarca desde la producción a las industrias. Las explotaciones de vacuno de leche han pasado en poco más de una década de 120.000 a unas 24.000, y todo indica que seguirán en caída libre ante los bajos precios de la leche y la escasa competitividad de una parte de las explotaciones frente a las granjas de otros países de la UE que colocan sus excedentes en el mercado español.

Hay planes en el vacuno de carne y el ovino para frenar el cierre de granjas.

En las producciones agrícolas se plantea un plan de apoyo a las explotaciones de herbáceos con menores rendimientos, otro para los frutos secos y uno más para evitar la desaparición de las leguminosas, no desde un objetivo de la competitividad, sino para mantener actividad en el medio rural.

Junto a los planes para la mejora de la producción, una segunda parte del plan de puesta a punto para el campo sería organizar la oferta y la política de compras donde hoy deja el sector agrario parte de sus beneficios en manos de unos pocos operadores. La mayor parte de las cooperativas no han servido para dar respuestas al campo -

Olivares en Martos (Jaén).

No más parches

La mejora y adaptación de las estructuras y las explotaciones agrarias han figurado siempre como un compromiso en todos los programas elaborados en las últimas décadas por todas las Administraciones. Sin embargo, frente a esas declaraciones de intenciones, las respuestas a los problemas del sector agrario se concretaron principalmente en mecanismos de parcheo, sin que casi nunca se abordaran las cuestiones de fondo. Fueron dineros que sirvieron sólo para tapar agujeros y, en el mejor de los casos, para acallar protestas.

Hoy, todo parece indicar que, por fin, nos podemos encontrar ante el momento justo para abordar un cambio con detenimiento en la política para disponer de un sector agrario capaz de hacer frente con sus propios mecanismos a lo que se puede venir encima a corto plazo. Primero, una mayor liberalización del comercio agrario mundial con mayor apertura de fronteras, reducción de ayudas a la exportación y recorte o eliminación de aranceles a las importaciones. Segundo, la posibilidad de que a partir de 2014 se reduzcan las actuales ayudas directas de la PAC, que suponen el 30% de la renta media.

"Con la mayor liberalización de los intercambios que se puede producir en el futuro, el mayor acceso a los mercados comunitarios de productos desde terceros países y los ajustes en la política de ayudas que se puedan imponer en el seno comunitario es indispensable sentar las bases para contar con sectores con estructuras competitivas desde la producción a la comercialización, señala el secretario de Estado de Medio Ambiente, Josep Puxeu. "Vamos a emplear, de acuerdo con el sector y las comunidades autónomas, los recursos que nos permite la revisión o chequeo médico de la PAC y otros nacionales, tanto para lograr un campo competitivo como para mantener otras actividades necesarias por su importancia sobre el territorio". -

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