Reportaje:

"Un asunto de Estado"

Se pone en marcha la Agencia Estatal Antidopaje, pilar de la política de tolerancia cero

En Francia, cuando recibe del laboratorio la información de un positivo, la AFLD, la agencia antidopaje nacional, inmediatamente alerta al fiscal de la región en la que viva el deportista para que envíe a la policía a su casa. La fotografía de un ciclista esposado y vigilado por los agentes al salir de su hotel es el cliché con el que se asocia automáticamente el concepto de agencia antidopaje. "Pero eso no se verá en España", advierte tajante Javier Martín del Burgo, director de la recién creada Agencia Estatal Antidopaje (AEA), emanación de la ley orgánica que penaliza el doping y col...

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En Francia, cuando recibe del laboratorio la información de un positivo, la AFLD, la agencia antidopaje nacional, inmediatamente alerta al fiscal de la región en la que viva el deportista para que envíe a la policía a su casa. La fotografía de un ciclista esposado y vigilado por los agentes al salir de su hotel es el cliché con el que se asocia automáticamente el concepto de agencia antidopaje. "Pero eso no se verá en España", advierte tajante Javier Martín del Burgo, director de la recién creada Agencia Estatal Antidopaje (AEA), emanación de la ley orgánica que penaliza el doping y coloca a España al nivel de los países del entorno. "Será un organismo más equilibrado que el francés", apunta.

"Buscamos un cambio cultural en el deporte", dice Martín del Burgo, el director general

Más equilibrado y con diferente contenido. "Lo nuestro tiene más contenido social. Buscamos un cambio de cultura", dice Del Burgo, de 59 años, veterano político socialista, ex viceconsejero de Deportes en Castilla-La Mancha y ex diputado; "lo buscamos a través de la pedagogía, de campañas por un deporte limpio, de investigación, de trabajo de prevención... Es un verdadero proyecto de Estado que considero histórico y, como con todo lo histórico, sólo dentro de algunos años veremos su importancia".

Un elemento clave en la tarea de prevención es hacer salir al deportista del círculo cerrado en el que se justifica todo recurso al dopaje. "Ayudaremos al que quiera dejarlo con un confesionario anónimo, con psicólogos y especialistas sociales", explica Martín del Burgo; "quien venga a nosotros diciendo 'quiero dejar de doparme' recibirá nuestra ayuda".

Con un presupuesto anual de 6,1 millones de euros y 30 personas en la plantilla, la AEA también acogerá al laboratorio antidopaje de Madrid -"el corazón de la agencia"- y efectuará una tarea de "control de los controladores".

"Mientras la responsabilidad de establecer los controles, cuántos, cómo y dónde, y la de llevarlos a cabo recae en las federaciones correspondientes y en la Comisión de Control, es decir, el CSD, que establece los controles para las selecciones nacionales, nosotros podremos alquilar nuestros servicios a las federaciones que no tienen capacidad económica suficiente para cumplir con sus planes". Los deportistas, además, deben someterse a los controles establecidos por sus federaciones internacionales y también por la agencia mundial.

Asimismo, la AEA será el organismo al que se adscriban los médicos controladores. "Y, aunque tampoco figure entre nuestras tareas la de sancionar, pues ese cometido sigue en manos de las federaciones, contaremos con el derecho a recurrir ante el Comité Español de Disciplina Deportiva", dice el director de la AEA, "así como en los casos en que la federación correspondiente tarde más de dos meses en resolver un expediente".

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