La lista electoral de Guipúzcoa reabre las hostilidades dentro de EA

El sector crítico de Galdos vota en contra de los candidatos elegidos por Ziarreta

La elaboración de las listas electorales de Eusko Alkartasuna (EA) ha desatado nuevamente las hostilidades dentro de este partido entre la dirección nacional, liderada por su presidente, Unai Ziarreta, y el sector crítico de Guipúzcoa. El desencadenante de esta nueva guerra interna ha sido la decisión de la cúpula de encabezar la plancha de Guipúzcoa con dos candidatos que no cuentan con el visto bueno de los críticos, mayoritarios en este territorio. Pese a todo, la Asamblea nacional acordó ayer, con la oposición de estos últimos, ratificar los nombramientos de Rafael Larreina, Ziarreta y Jes...

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La elaboración de las listas electorales de Eusko Alkartasuna (EA) ha desatado nuevamente las hostilidades dentro de este partido entre la dirección nacional, liderada por su presidente, Unai Ziarreta, y el sector crítico de Guipúzcoa. El desencadenante de esta nueva guerra interna ha sido la decisión de la cúpula de encabezar la plancha de Guipúzcoa con dos candidatos que no cuentan con el visto bueno de los críticos, mayoritarios en este territorio. Pese a todo, la Asamblea nacional acordó ayer, con la oposición de estos últimos, ratificar los nombramientos de Rafael Larreina, Ziarreta y Jesús María Larrazabal como cabezas de lista por Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, respectivamente.

El profesor Jesús Mari Larrazabal encabezará el cartel en Guipúzcoa

EA acudirá sumida en una profunda división a la cita electoral del próximo 1 de marzo. La designación de Larrazabal, catedrático de Lógica de la UPV, como número uno por Guipúzcoa y de Onintza Lasa, alineada con la corriente oficial, para el segundo puesto de la plancha ha provocado un fuerte malestar en la ejecutiva de esta provincia, que consideran la elección de ambos nombres "una imposición" de la dirección nacional.

La línea crítica del partido, que lidera Iñaki Galdos, presidente de EA en Guipúzcoa y diputado foral de Deportes y Acción Exterior, no han ocultado su malestar por el "empeño" de Ziarreta en confeccionar las candidaturas con personas afines a la cúpula del partido. "Nos enteramos [de los candidatos] por la prensa", se quejó a este diario un miembro de la ejecutiva guipuzcoana.

Inicialmente, el sector oficial filtró a la prensa que el europarlamentario navarro Mikel Irujo, secretario de Comunicación del partido, iba a encabezar la lista de Guipúzcoa, lo que causó un gran enfado en el sector crítico por tratarse de un candidato de otra provincia. Ziarreta aceptó retirar a Irujo de la plancha, pero se mostró inflexible a la hora de reservarse la facultad de elegir a personas de su confianza para los dos primeros lugares de la lista y dejar la designación del tercero en manos de Galdos.

Los dirigentes guipuzcoanos temen que una pérdida notable de votos, como apuntan las encuentas, dejen sin representación en el Parlamento la sensibilidad a este sector del partido. Yendo en coalición con el PNV, la formación socialdemócrata obtuvo hace cuatro años siete parlamentarios (cuatro por Guipúzcoa, dos por Álava y uno por Vizcaya).

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La facción crítica tenía previsto presentar a Luis Mari Oyarbide, ex diputado foral de Medio Ambiente y actualmente juntero en Guipúzcoa, como cabeza de cartel, pero finalmente no formará parte de la lista, al discrepar los críticos de los nombres propuestos por Ziarreta.

La ejecutiva guipuzcoana ha elevado su queja a la dirección por negarle la capacidad de proponer sus candidatos cuando el partido tiene un principal caladero electoral y la mayor presencia institucional en este territorio. En las municipales de 2007, cuando concurrió en solitario, EA obtuvo solamente 70.000 votos en el País Vasco, de los que 30.500 fueron en Guipúzcoa. El grupo que lidera Galdos considera a Larrazabal, que fue como número dos en las pasadas elecciones generales, una "cara desconocida" para los votantes de Guipúzcoa.

Ambas corrientes parecen condenadas a no entenderse, pese a que desde el último congreso nacional, en el que consensuaron una ejecutiva nacional liderada por Ziarreta, se había instalado un pacto de no agresión.

La tregua ficticia

Las dos corrientes enfrentadas en EA, la oficial que lidera su presidente, Unai Ziarreta, y la crítica que encarna el responsable del partido en Guipúzcoa, Iñaki Galdos, han logrado estar durante un año sin airear sus diferencias. Ambos se concedieron un margen de confianza tras el congreso nacional que en diciembre de 2007 eligió al primero para liderar al partido.

La frágil tregua ha saltado por los aires a cinco semanas de las autonómicas por desacuerdos en la designación de los candidatos electorales. Ha sido la gota que ha colmado el vaso, pues en los últimos meses, ambos sectores han protagonizado varios encontronazos.

El primer gran choque Ziarreta-Galdos se dio en noviembre pasado, cuando la dirección nacional acordó renunciar a la coalición con el PNV y concurrir en solitario el próximo 1 de marzo. La Ejecutiva guipuzcona acató aquella decisión con resignación, aunque mostró públicamente su descontento con la misma calificándola de "error histórico". Posteriormente, Galdos criticó la "tibieza" de su presidente al retrasar su apoyo a la moción de censura contra el ex alcalde de Azpeitia, Iñaki Errazkin, de ANV, por no condenar el asesinato de Inaxio Uria. Hace pocas fechas, ediles de EA de Guipúzcoa censuraban a otros cargos de su partido por pactar con los radicales en los ayuntamientos, lo que provocó un fuerte disgusto en la ejecutiva nacional.

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