Análisis:EL ACENTO

Feudalismo en el Canal

No es exactamente el caso de aquella extraodinaria película de los estudios Ealing -años cuarenta- Pasaporte a Pimlico, el barrio de Londres que declaraba su independencia basándose en un legajo medieval aparecido en algún desván, pero es noticia inevitablemente británica. Uno de los últimos islotes europeos de feudalidad ha entrado en el siglo XXI; y es un islote en el sentido más literal porque se trata de una roca de unos cientos de hectáreas y 600 habitantes en el Canal de la Mancha, más cerca de Francia que del Reino Unido, que es "dependencia de la Corona", lo que significa que el...

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No es exactamente el caso de aquella extraodinaria película de los estudios Ealing -años cuarenta- Pasaporte a Pimlico, el barrio de Londres que declaraba su independencia basándose en un legajo medieval aparecido en algún desván, pero es noticia inevitablemente británica. Uno de los últimos islotes europeos de feudalidad ha entrado en el siglo XXI; y es un islote en el sentido más literal porque se trata de una roca de unos cientos de hectáreas y 600 habitantes en el Canal de la Mancha, más cerca de Francia que del Reino Unido, que es "dependencia de la Corona", lo que significa que el islote, llamado Sark, es virtualmente independiente. Y hasta el jueves 11 vivía en el más puro estilo feudal. Pero todo tiene su fin, y ese día se celebraban las primeras elecciones democráticas de la historia de Sark.

De 474 electores, más de 400 votaban para elegir entre 60 candidatos a los 28 que constituyen el consejo supremo del lugar, y el señor feudal, Michael Beaumont, conservará sólo los privilegios que le rinda la buena educación del paisanaje.

Pero la aparente catástrofe llegada con la democracia se resume en que los hermanos Barclay, sir David y sir Frederick, multimillonarios, no consiguieron que ganaran los suyos, que se supone que habrían facilitado el desarrollo del islote, y el mismo jueves cerraron dos hoteles, varias tiendas y un restaurante de su propiedad, dejando en la calle a 140 trabajadores. El descalabro electoral ha sido tan grande que de los nueve candidatos que contaban con el apoyo de los Barclay, sólo dos han resultado elegidos, y entre los derrotados se halla su representante en Sark, Kevin Delaney. Los sarkenses no parecen, con todo, arrepentirse.

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El juez local, teniente coronel Reg Guille, ha dicho que lo que importa es la independencia, y que aceptarán de buen grado a todo el que acepte su apacible way of life; o sea, que los que votaron contra los Barclay, que son dueños del Ritz de Londres y del Daily Telegraph, no querían que Sark se transformara en el parque temático y turístico de nadie.

Los hermanos, cuya fortuna se calcula en 2.000 millones de euros, viven en otra islilla cercana, Brecqhou, comprada en 1993.

Acabar con el feudalismo no trae siempre la felicidad.

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