Reportaje:

"Hoy nos vamos, pero volveremos"

Dos centenares de personas protestan por el desalojo de una casa ocupada

La policía llegó a las seis de la mañana de ayer. Un nutrido grupo de agentes desalojó una casa ocupada en el número 49 de la calle de Atocha. Detuvieron a las 13 personas que les esperaban en el interior. Los arrestados estuvieron en comisaría una hora prestando declaración y después quedaron en libertad. El edificio, convertido en el "palacio social ocupado Malaya", desde el pasado mes de marzo, forma parte de la instrucción de la trama de corrupción en Marbella por "indicios racionales" de que pertenece al ex concejal de urbanismo de la población malagueña Juan Antonio Roca.

Doce hor...

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La policía llegó a las seis de la mañana de ayer. Un nutrido grupo de agentes desalojó una casa ocupada en el número 49 de la calle de Atocha. Detuvieron a las 13 personas que les esperaban en el interior. Los arrestados estuvieron en comisaría una hora prestando declaración y después quedaron en libertad. El edificio, convertido en el "palacio social ocupado Malaya", desde el pasado mes de marzo, forma parte de la instrucción de la trama de corrupción en Marbella por "indicios racionales" de que pertenece al ex concejal de urbanismo de la población malagueña Juan Antonio Roca.

Doce horas después del desalojo, un grupo de chicos se congregó en Antón Martín. Llevaban una pancarta rotulada en colores -"le quitan un edificio al barrio y se lo dan a la mafia de Marbella"- y un montón de folletos con un extenso "comunicado". También varios sacos de confeti y una batería de eslóganes: "Espe, Espe, Especulación" entre otros. Lo que aparentemente no tenían era un plan. Pero fue surgiendo.

Poco a poco el grupito fue convirtiéndose en una multitud. Cerca de 250 personas comenzaron a expandirse por la calzada de la calle de Atocha. La vía fue llenándose de coches atascados. El grupo se detuvo en la casa desalojada. Allí, dos chavales treparon al primer piso y colgaron otra pancarta: "Hoy nos vamos, pero volveremos". Y vuelta a la marcha, siempre obstaculizando el tráfico. Primero, a Tirso de Molina. Después por Mesón de Paredes, donde se detuvieron en la antigua casa ocupada La escoba para mostrarla abandonada.

Aprovechando la cercanía con Lavapiés, un chico con un megáfono invitó a los manifestantes a sumarse a otra protesta. Ésta, contra las redadas policiales para pedir la documentación en las bocas de metro en busca de inmigrantes sin papeles. Y allí se marcharon todos en formación.

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