Saura saca adelante la renovación de Iniciativa con el 24% de voto de castigo

El tripartito se reunirá en diciembre para adaptar el pacto de Entesa a la crisis

En julio de 2004, recién llegado al Ejecutivo catalán, Joan Saura clausuró el octavo congreso de Iniciativa per Catalunya con la promesa de mantener el partido con "una pata en el Gobierno y otra en la calle". En el noveno congreso, clausurado ayer en Sabadell, el líder ecosocialista ha tenido que admitir que se ha quedado corto en sus objetivos y que las quejas de la militancia por falta de dirección política son razonables. Lo dijo tras recibir un tibio apoyo de los delegados, que apoyaron su propuesta de ejecutiva con el 75,8% de los votos, pero que también expresaron su descontento con un ...

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En julio de 2004, recién llegado al Ejecutivo catalán, Joan Saura clausuró el octavo congreso de Iniciativa per Catalunya con la promesa de mantener el partido con "una pata en el Gobierno y otra en la calle". En el noveno congreso, clausurado ayer en Sabadell, el líder ecosocialista ha tenido que admitir que se ha quedado corto en sus objetivos y que las quejas de la militancia por falta de dirección política son razonables. Lo dijo tras recibir un tibio apoyo de los delegados, que apoyaron su propuesta de ejecutiva con el 75,8% de los votos, pero que también expresaron su descontento con un nada desdeñable 13,4% de votos en contra, el 9,6% de voto en blanco y el 1% de voto nulo.

Una docena de los 54 dirigentes gestionarán el día a día del partido

Saura fue parco en palabras en su discurso tras el recuento. Reiteró que pedirá revisar el pacto de Gobierno para adaptarlo a la crisis -El PSC y ERC están de acuerdo en reunirse antes de Navidad- y se comprometió de nuevo a dedicar "mayor energía" a la presidencia del partido. En la conferencia de prensa posterior prefirió que el protagonismo se lo llevara por completo la figura emergente del partido: el flamante secretario general, Joan Herrera. Éste, al igual que Saura y el conjunto de la dirección, restó importancia al voto de descontento registrado en la asamblea y lo atribuyó al enfado de algunas delegaciones territoriales, que se sienten poco representadas en la nueva ejecutiva. Y eso que el organismo de dirección ha crecido mucho más de lo previsto, hasta los 54 miembros, para no dejar a nadie fuera. Fuentes de los tres sectores críticos surgidos en el partido se mostraron razonablemente satisfechos con el resultado del congreso, pero entendieron que buena parte de sus miembros hayan mantenido el voto crítico con la dirección.

Consciente de que un partido con tal volumen de personas en la cúpula es ingobernable, Saura creará un núcleo reducido con una docena de personas que dirigirán el día a día del partido. Lo formarán él mismo como presidente, Joan Herrera como secretario general y los vicepresidentes Jordi Guillot, Laia Ortiz, Hortènsia Grau, Mercè Claramunt y Lluís Moreno. También estarán el encargado de las relaciones entre el partido y el Gobierno, Joan Boada; el presidente del grupo en el Parlament, Jaume Bosch; la portavoz, Dolors Camats, y su jefe de filas en el Ayuntamiento de Barcelona, Ricard Gomà. Este grupo está formado en su mayor parte por personas de la máxima confianza de Joan Herrera, llamado a hacerse con el control del partido dentro de cuatro años. De ellos destaca Lluís Moreno, que ejercerá como secretario de Organización, una tarea de control del partido que Herrera difícilmente podría ejercer desde su escaño en el Congreso.

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