La Fundación Sancho el Sabio empieza su traslado a Betoño

El convento de las Carmelitas acogerá el fondo documental

Del venerable palacio de Elvira Zulueta, en el centro de Vitoria, al no menos digno cementerio de las madres Carmelitas de Betoño, eso sí, rehabilitado por el equipo de arquitectos de Roberto Ercilla y Miguel Ángel Campo. La Fundación Sancho inicia hoy el traslado de sus fondos, por tercera vez en su historia, desde que en 1964 comenzara a forjarse como el más importante legado documental sobre tema vasco. A los miles de libros, revistas, imágenes, incunables o panfletos, todos igual de queridos, le depara un destino envidiable.

En total, cerca de 2.600 metros cuadrados, dotados con las...

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Del venerable palacio de Elvira Zulueta, en el centro de Vitoria, al no menos digno cementerio de las madres Carmelitas de Betoño, eso sí, rehabilitado por el equipo de arquitectos de Roberto Ercilla y Miguel Ángel Campo. La Fundación Sancho inicia hoy el traslado de sus fondos, por tercera vez en su historia, desde que en 1964 comenzara a forjarse como el más importante legado documental sobre tema vasco. A los miles de libros, revistas, imágenes, incunables o panfletos, todos igual de queridos, le depara un destino envidiable.

En total, cerca de 2.600 metros cuadrados, dotados con las mejores tecnologías para la conservación de libros manuscritos y, sobre todo, prensa y placas de fotografía antiguas; "sin duda, el material más sensible con el que trabajamos", advierte Carmen Gómez, directora de la institución. Sancho el Sabio alberga un rico fondo documental formado por seis archivos familiares con un total de 25.000 referencias, una biblioteca con más de 230.000 registros bibliográficos o una base de datos que supera las 1,6 millones de imágenes digitalizadas.

La nueva sede cuenta con los mejores sistemas de conservación

El traslado comenzará esta mañana, aunque el público podrá consultar, previo aviso, los fondos de esta biblioteca que recibe la visita de estudiosos de todo el mundo. "Quizás tengamos, en comparación, más consultas en agosto que ningún otro centro de documentación: son muchos quienes aprovechan las vacaciones para investigar en nuestros archivos", apunta la responsable de esta institución impulsada por la Obra Social de la Caja Vital.

Poco a poco, a lo largo de seis meses como máximo, libros, placas y todo tipo de documentos se irán almacenando en la nueva sede de Betoño, en distintos compartimentos, cada uno con su climatización correspondiente. Según las previsiones, hay espacio asegurado para años, por mucha documentación que surja en el ámbito vasco. A pesar de abandonar un lugar privilegiado, en pleno centro de Vitoria, Carmen Gómez reconoce que el traslado a Betoño tiene sus ventajas: "En este sentido, la nueva sede es inmejorable: vamos a contar con las mejores condiciones de conservación de documentos". El viejo camposanto recobra sus funciones para la documentación histórica, aunque ahora con aire acondicionado.

Un diáfano claustro neogótico

La decisión del Ayuntamiento de Vitoria de recuperar el palacio de Zulueta, que desde 1991 acogía la Fundación Sancho el Sabio -vinculada de la Caja Vital-, llevó a la entidad financiera a buscar una solución de cierta urgencia para esta institución. Justo en aquel momento, hace unos cinco años, la Vital impulsaba el nuevo centro de arte contemporáneo KREA, para el que ya se había previsto su sede en el antiguo convento de las Carmelitas del barrio de Betoño, a las afueras de Vitoria.

Aunque no suene bien, a la Sancho el Sabio le correspondió el cementerio del convento. Y, como se verá, el cambio se puede considerar más que satisfactorio. El arquitecto Roberto Ercilla, responsable del proyecto, recuerda su primera entrada en el camposanto de este convento, inaugurado en 1905. "La puerta estaba sellada, nadie sabía lo que había en el interior, y nos encontramos con un pequeño claustro -neogótico, como el convento, muy interesante-, que nos sirvió de punto de partida para construir el centro de documentación", señala.

Desde esta percha arquitectónica, que mantiene la evocación histórica de la Sancho el Sabio, se ha levantado una moderna estructura diáfana que rodea el viejo camposanto y que lleva la luz hasta el sótano donde se encuentra la biblioteca principal y la sala de consulta. "Habrá mucha luz natural en unas salas muy espaciosas, y también el recogimiento propio de un centro de estudio", explica Ercilla.

Se ha cuidado también la acústica, sobre todo en la sala de conferencias, "que parece más una zona de meditación", apostilla el arquitecto. La Fundación Sancho el Sabio tiene previsto abrir su nueva sede en febrero de 2009. Mientras, se producirá el trasiego diario de los fondos documentales de la Fundación hasta Betoño.

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