Análisis:DESDE EL PARQUÉ | Mercados

La presión vendedora se centra en los grandes

La Bolsa española sufrió ayer en solitario las consecuencias del desmantelamiento de carteras in extremis, en ese proceso iniciado hace semanas y que parece no tener fin.

La sesión ofrecía una buena oportunidad para conseguir un rebote medianamente importante, pero la presión del papel sobre los grandes valores hizo caer al Ibex 35 el 1,30%. El resto de las plazas europeas terminó la sesión con avances de diferente cuantía, destacando el 11,28% que ganaba la Bolsa de Francfort, distorsionada por el espectacular encarecimiento de las acciones de Volkswagen.

Con esta última ...

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La Bolsa española sufrió ayer en solitario las consecuencias del desmantelamiento de carteras in extremis, en ese proceso iniciado hace semanas y que parece no tener fin.

La sesión ofrecía una buena oportunidad para conseguir un rebote medianamente importante, pero la presión del papel sobre los grandes valores hizo caer al Ibex 35 el 1,30%. El resto de las plazas europeas terminó la sesión con avances de diferente cuantía, destacando el 11,28% que ganaba la Bolsa de Francfort, distorsionada por el espectacular encarecimiento de las acciones de Volkswagen.

Con esta última caída, el principal índice de la Bolsa española queda en 7.905,40 puntos, un nivel desconocido desde el mes de septiembre de 2004. El resto del mercado quedó a salvo de la presión vendedora y los índices de los valores medianos y pequeños saldaron la sesión con avances del 3,46% y del 1,37%, respectivamente.

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Un día más hay que destacar la ausencia de novedades que expliquen la insistencia de los inversores en deshacerse de sus acciones, aunque hay quien afirma que es precisamente esa ausencia de novedades la que invita a soltar lastre, por si las cosas se ponen peor, algo que puede ser posible si se tiene en cuenta el giro de 180 grados dado por el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, respecto de la política monetaria.

Las primeras actuaciones efectivas de los planes de ayuda al sector financiero casi pasaron desapercibidas para el mercado de valores español, aunque sus efectos se dejarán sentir a corto plazo. Tampoco la presentación de resultados del Banco Santander, casi ajustada a los pronósticos, ni su anuncio de mantenimiento de la política de dividendos, o el hecho de que afirme que no necesita ampliaciones de capital, consiguieron dejarle fuera de la corriente vendedora, aunque fue el que menos cayó entre los grandes bancos españoles.

En Estados Unidos sorprendió la caída hasta mínimos históricos de la confianza de los consumidores en el mes de octubre, a pesar del respiro concedido por el precio del petróleo.

La contratación en el Mercado Continuo bajó hasta 3.551,09 millones de euros.

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