Reportaje:

'Performance' en el mobiliario

Maarten Baas encabeza una manera de crear alejada del diseño tradicional

Hace cuatro años su nombre empezó a ir de boca en boca cuando presentó en la galería Moss de Nueva York una colección de 25 piezas, consideradas clásicos del diseño, pero carbonizadas a golpe de soplete y cubiertas con resina para que no tiznaran ni se vinieran abajo. La intención de Maarten Baas era dotar de una nueva vida a estos iconos del diseño firmados por Rietveld, Eames o Gaudí. A continuación, el Museo de Groninger (Holanda) le pidió que resucitara una colección de mobiliario antiguo del museo. Y su compatriota Marcel Wanders incluyó tres piezas realizadas con esta técnica en el catál...

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Hace cuatro años su nombre empezó a ir de boca en boca cuando presentó en la galería Moss de Nueva York una colección de 25 piezas, consideradas clásicos del diseño, pero carbonizadas a golpe de soplete y cubiertas con resina para que no tiznaran ni se vinieran abajo. La intención de Maarten Baas era dotar de una nueva vida a estos iconos del diseño firmados por Rietveld, Eames o Gaudí. A continuación, el Museo de Groninger (Holanda) le pidió que resucitara una colección de mobiliario antiguo del museo. Y su compatriota Marcel Wanders incluyó tres piezas realizadas con esta técnica en el catálogo de su vanguardista firma de mobiliario, Moooi.

Con la colección Smoke, Baas jugó con fuego. Lo que hace no es considerado diseño por un cierto sector de la profesión. Y cuesta entender que lo es, a simple vista cualquiera lo consideraría arte o una acción protesta punk. No es ni lo uno ni lo otro, sino una mezcla de los dos, es decir, design-art, una disciplina que se mira con desdén desde el sector más funcionalista de la profesión. Hace referencia a ese tipo de diseño experimental y sensorial que se sale de la norma de lo considerado hasta ahora diseño industrial. Tampoco sigue su circuito comercial convencional y suele llegar al mercado en ediciones limitadas.

Baas estudió en una de las escuelas de diseño más prestigiosas, la Design Academy de Eindhoven, cuya notoriedad debe en parte a la directora Lidewij Edelkoort, quien ha anunciado que dejará su puesto tras 10 años en el cargo. Ella animó a Baas a desarrollar la serie Smoke. Buen ojo. Edelkoort ha fomentado una enseñanza continuista con los valores experimentales e innovadores del diseño holandés. Así que parece obvio pensar que Baas diseña así porque es holandés. "Podría haber desarrollado mi creatividad en cualquier escuela, pero no con el nivel de acabados que impulsa la fuerte enseñanza que tiene esta academia en el plano técnico y profesional", cuenta.

Baas expone ahora en la galería Roomservice de Barcelona una de sus últimas creaciones, la serie de mobiliario Clay, que coquetea con el arte por su planteamiento estético y técnico. Las piezas están modeladas a mano con arcilla sintética y cromada en colores muy potentes . En su producción no se usa ningún molde, son piezas únicas firmadas y numeradas en una tirada limitada.

En lo poco que va de siglo, en el ejercicio del diseño se ha abierto una tremenda brecha. Los jóvenes como Baas (30 años) no están tan obsesionados con el funcionalismo y prefieren dejar de hacer más de lo mismo e investigar nuevos mundos, que dicho sea de paso en eso consiste el diseño. Lo hicieron Rietveld y compañía. Estas propuestas, en un mercado tan estricto, a veces no tienen una salida comercial fácil. A veces ni siquiera están pensadas para ello. Por suerte, como dice Baas, "ha nacido un nuevo mercado para las ediciones limitadas. No es nada nuevo, siempre ha habido piezas únicas". Si lo llamamos arte, diseño o design-art, a Baas le da igual: "¿por qué es tan importante ponerle una categoría?". La cuestión parece estresar a toda la profesión menos a él.

Maarten Baas.
Una estantería Clay y una silla de Gaudí reinterpretada.

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