Publicidad en televisión

Cada vez con más descaro, la publicidad se cuela en nuestras casas a través de cualquier medio.

En un descuido podemos encontrar que la casa se estremece ante los gritos de un extraño que nos ofrece un crédito, jóvenes histéricos o bichos raros que nos hablan de politonos, músicas insoportables que si no fuera por el volumen que adquieren en las cadenas de televisión serían mucho más sugerentes y, por tanto, efectivas.

En casa optamos por utilizar el botón mágico mute -una bendición-, con lo que ese mensaje por el que los anunciantes se dejan un dineral no llega donde ello...

Cada vez con más descaro, la publicidad se cuela en nuestras casas a través de cualquier medio.

En un descuido podemos encontrar que la casa se estremece ante los gritos de un extraño que nos ofrece un crédito, jóvenes histéricos o bichos raros que nos hablan de politonos, músicas insoportables que si no fuera por el volumen que adquieren en las cadenas de televisión serían mucho más sugerentes y, por tanto, efectivas.

En casa optamos por utilizar el botón mágico mute -una bendición-, con lo que ese mensaje por el que los anunciantes se dejan un dineral no llega donde ellos se proponen.

Absolutamente todas las cadenas caen en el mismo "horror", y así la publicidad, que hasta ahora era una emisión interesante de la televisión, se ha convertido en una verdadera pesadilla.

Uno de los incumplimientos de la legislación sobre publicidad más frecuente que CEACCU ha detectado en sus estudios es precisamente éste: aumento del volumen durante el tiempo publicitario, algo que la ley prohíbe.