Crítica:Música

Un hito con poco público

Como sensacional, como verdadero hito de la temporada, aunque inadvertido, pues éramos muy pocos en la sala, debe calificarse el concierto del pianista Bertrand Chamayou en el Auditori en el que ofrecía una intensa, matizada y profundizada lectura de una pieza fundamental de la literatura pianística del siglo XX como son los Vingt regards sur l'Enfant Jesus, de Olivier Messiaen. Con sus casi 2.000 compases edificados alrededor de cuatro únicos temas fundamentales, con las sutiles y alambicadas relaciones numéricas de proporción entre las 20 partes; esta investigación, hecha desde el pod...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Como sensacional, como verdadero hito de la temporada, aunque inadvertido, pues éramos muy pocos en la sala, debe calificarse el concierto del pianista Bertrand Chamayou en el Auditori en el que ofrecía una intensa, matizada y profundizada lectura de una pieza fundamental de la literatura pianística del siglo XX como son los Vingt regards sur l'Enfant Jesus, de Olivier Messiaen. Con sus casi 2.000 compases edificados alrededor de cuatro únicos temas fundamentales, con las sutiles y alambicadas relaciones numéricas de proporción entre las 20 partes; esta investigación, hecha desde el poder y la ambigüedad de la música sobre la naturaleza de Dios y el misterio de su encarnación humana, presenta unas dimensiones catedralicias y es un reto para el intérprete y para el oyente.

Vingt regards sur l'Enfant Jesus. Bertrand Chamayou, piano.

Auditori. . Barcelona, 26 de septiembre.

Casi dos horas sin pausa ni tregua nos tuvo Chamayou pegados a la butaca mientras él -a veces con suavidad, a veces con furia, siempre concentrado, sabiendo siempre adónde quería ir a parar y trazando arcos de tensión que abarcaban decenas y decenas de compases- navegaba con mano maestra por este sobrecogedor recorrido sobre la naturaleza de Dios creado por un compositor, nacido ahora hace 100 años, que fue demasiado religioso y místico para poder ser plenamente aceptado por unas vanguardias artísticas que tiraban a rojillas y ateas y demasiado radicalmente vanguardista para ser aceptado por una jerarquía católica que desconfiaba sistemáticamente de las vanguardias artísticas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En