El presidente tacha de "ruinas" las vías del tren que reclama el BNG

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, calificó ayer de "ruinas" los tramos de líneas ferroviarias cuyo traspaso reclamó el miércoles el BNG al Ministerio de Fomento. En respuesta a una pregunta del diputado nacionalista Francisco Jorquera, Magdalena Álvarez se mostró entonces a favor de "dialogar y llegar a un acuerdo" para traspasar las líneas en desuso. Álvarez, no obstante, advirtió tanto acerca de la complejidad administrativa del traspaso como de su utilidad, porque se trata de 58 kilómetros de tramos que van a quedar inconexos.

Preguntado al respecto, el presidente de l...

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El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, calificó ayer de "ruinas" los tramos de líneas ferroviarias cuyo traspaso reclamó el miércoles el BNG al Ministerio de Fomento. En respuesta a una pregunta del diputado nacionalista Francisco Jorquera, Magdalena Álvarez se mostró entonces a favor de "dialogar y llegar a un acuerdo" para traspasar las líneas en desuso. Álvarez, no obstante, advirtió tanto acerca de la complejidad administrativa del traspaso como de su utilidad, porque se trata de 58 kilómetros de tramos que van a quedar inconexos.

Preguntado al respecto, el presidente de la Xunta recordó que sobre este asunto existe "una posición de Gobierno" que consiste en promover la creación de "un ente ferroviario que gestione los ferrocarriles en Galicia" y a partir del cual "poder crear una red de cercanías". "Ese es nuestro objetivo", pero "eso es una cosa y otra es el traspaso de ruinas a Galicia".

Para que se cumplan los planes de la Xunta, prosiguió Touriño, primero "hay que crear un servicio de cercanías actualmente inexistente". "Eso es una cosa y otra los tráficos de débil intensidad, que comprendo que la ministra esté encantada de transferir", precisó, aunque "de momento son una responsabilidad del ministerio" que Magdalena Álvarez "debe atender y mantener".

Resistencia en Portas

Mientras los políticos debaten sobre el futuro de esos 58 kilómetros que no quedarán sepultados por las vías estrechas del tren de velocidad alta, las máquinas del Adif siguen intentando levantar los raíles que quedaron excluidos del Eje Atlántico en verano. El miércoles, avanzada la tarde, los operarios se presentaron en Portas (Pontevedra) por cuarta vez desde la primera ocasión en que lo hicieron, el 20 de julio, con el encargo de desmantelar la vía. Sin embargo, y también por cuarta vez, no lograron siquiera empezar su tarea porque una vecina los sorprendió y avisó a unos cuantos más.

Desde este verano, Portas ha desarrollado un sistema de alarma que hace correr el aviso de vecino a vecino y moviliza a un grupo más o menos numeroso cada vez que llega el Adif. Se presentan inmediatamente en la vía e impiden que los operarios lleven a cabo su misión. El miércoles, pasadas las 19 horas, se enfrentaron sobre los carriles de hierro que Touriño tacha de "ruinas" 15 vecinos que se han quedado sin tren y 10 trabajadores del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias. "Aquí el único trabajo que hay que hacer es reponer los raíles que sacaron la primera vez", les espetó un lugareño, "empiecen a colocarlos o márchense de aquí". Entonces llegó el capataz con tres hombres de refuerzo, pero ante la oposición que encontraron, optaron por irse. A las 23 horas volvieron a intentarlo, y otra vez salieron los vecinos.

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