Una inteligencia al servicio del Derecho
No obstante su carrera fiscal y su actividad profesional como penalista, abogado de tantas causas en España, quizás Antonio González-Cuéllar no era una persona de gran notoriedad pública; sí al contrario, muy querido y respetado por sus colegas y por todos aquellos que tuvieron necesidad de sus servicios profesionales y a los que sirvió con honestidad y con eficacia fuera de lo común. De convicciones democráticas, servidor de la Universidad, con sencillez, casi con humildad, transcurrió por los difíciles caminos de la justicia con impecable brillantez. Era una de esas personas que contribuyen ...
No obstante su carrera fiscal y su actividad profesional como penalista, abogado de tantas causas en España, quizás Antonio González-Cuéllar no era una persona de gran notoriedad pública; sí al contrario, muy querido y respetado por sus colegas y por todos aquellos que tuvieron necesidad de sus servicios profesionales y a los que sirvió con honestidad y con eficacia fuera de lo común. De convicciones democráticas, servidor de la Universidad, con sencillez, casi con humildad, transcurrió por los difíciles caminos de la justicia con impecable brillantez. Era una de esas personas que contribuyen decisivamente a tejer las relaciones sociales sin malas artes y sin destruirlas, sino, al contrario, siempre puso su incansable capacidad de trabajo y su inteligencia al servicio del fin último del Derecho, a la búsqueda de la paz. Fue un hombre bueno. Yo fui compañero y amigo, y siempre le respeté, le admiré y le estimé.
Matías Cortés es abogado.