Análisis:Dinero & inversiones

Fannie & Freddie y las cajas españolas

La reciente operación de salvamento de las dos grandes entidades hipotecarias estadounidenses Fannie y Freddie (F&F), pone de manifiesto que aquel país continúa adoptando todas las medidas necesarias para lograr la normalización de los mercados financieros internacionales, independientemente del carácter heterodoxo que sin lugar a dudas tiene gran parte de las decisiones adoptadas. En este caso, la enorme importancia de la situación -que afecta de forma directa a la salud del 50% del mercado hipotecario de aquel país- y las espectaculares consecuencias que pudiera generar una mala solución, no...

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La reciente operación de salvamento de las dos grandes entidades hipotecarias estadounidenses Fannie y Freddie (F&F), pone de manifiesto que aquel país continúa adoptando todas las medidas necesarias para lograr la normalización de los mercados financieros internacionales, independientemente del carácter heterodoxo que sin lugar a dudas tiene gran parte de las decisiones adoptadas. En este caso, la enorme importancia de la situación -que afecta de forma directa a la salud del 50% del mercado hipotecario de aquel país- y las espectaculares consecuencias que pudiera generar una mala solución, no cabe duda de que requería decisiones drásticas.

Pero más allá de esa predisposición a tomar decisiones más o menos concluyentes, con la operación de rescate se da carpetazo a una situación de ambigüedad que ha estado en vigor durante varias décadas: F&F no eran entidades públicas, de hecho cotizan en Bolsa; y sin embargo gozaban de un cierto carácter de protección pública, derivado de ese calificativo de esponsorizadas con que se definía a ambas agencias (Government Sponsorized Agencies).

Las primas de riesgo de las emisiones de las cajas se han determinado igual que las de la banca

No faltan quienes quieren ver una situación similar a esa ambigüedad en el caso de las cajas de ahorro españolas, desde un argumento que iría más o menos así: no son entidades públicas, pero la ausencia de accionistas, su vinculación territorial y cercanía a las comunidades autónomas estaría recogiendo de facto un carácter de esponsorizadas muy similar al de las dos agencias estadounidenses.

Y, sin embargo, nada más lejos de la realidad, en lo que ello pueda tener de bueno y de malo. Empecemos por lo malo. Las primas de riesgo asociadas a las emisiones mayoristas de las cajas españolas se han determinado exactamente en las mismas condiciones que las de la banca comercial, aplicando a cada una el diferencial correspondiente en función de su calificación crediticia. Lejos, por lo tanto, de las condiciones ventajosas en que estas agencias lo han hecho, pagando una prima sobre el Tesoro que nunca ha superado los 100 puntos básicos; mientras la prima en las emisiones de cajas (¡y bancos!) en España se ha acercado a los 200 puntos básicos. Y en el lado bueno, su evolución financiera pone de manifiesto la profesionalidad e igualdad de condiciones que caracteriza su evolución. -

Ángel Berges y Alfonso García Mora son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.

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