Reportaje:

Un medio fondista en la política

Al conselleiro no se le pueden mentar los incendios hasta el fin de la campaña

En Santiago no llueve, pero acaba de jarrear. Alfredo Suárez Canal, conselleiro del Medio Rural, debe de ser de las contadas personas que celebran otro agosto acuoso. "El clima ayuda para que no haya incendios, pero de él también dependen el vino, las cosechas..." De repente, interrumpe sus explicaciones. "Rogaría que no profundizásemos en este tema porque he dicho que no hablaría hasta que finalice la campaña". El conselleiro gasta fama de honrado, austero y concienzudo. "Se lo agradezco sinceramente a los que lo dicen. En este oficio no sólo hay que serlo, sino también hay que parecerlo", br...

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En Santiago no llueve, pero acaba de jarrear. Alfredo Suárez Canal, conselleiro del Medio Rural, debe de ser de las contadas personas que celebran otro agosto acuoso. "El clima ayuda para que no haya incendios, pero de él también dependen el vino, las cosechas..." De repente, interrumpe sus explicaciones. "Rogaría que no profundizásemos en este tema porque he dicho que no hablaría hasta que finalice la campaña". El conselleiro gasta fama de honrado, austero y concienzudo. "Se lo agradezco sinceramente a los que lo dicen. En este oficio no sólo hay que serlo, sino también hay que parecerlo", bromea para espantar el rubor que le produce el halago.

También se ha propagado que este profesor de Matemáticas es un poco plomo en su parlamento. "Es lo que dicen de los que pertenecemos a la UPG. Luego la gente en el trato se da cuenta de que no tenemos cuernos ni rabo". Cuando el conselleiro se suelta, resulta un tipo ameno, de memoria prodigiosa.

Pudo ser atleta y a los 17 años logró la tercera mejor marca en 800 metros lisos
Antiguo profesor de Matemáticas, el conselleiro ve futuro en el medio rural

Alfredo Suárez Canal nació hace 57 años en Allariz, cuna también de Anxo Quintana, el vicepresidente de la Xunta. "Seguramente haya algo en el ADN que lo explique. Cuando llegué a la Universidad de Santiago se hicieron las primeras encuestas de universitarios por concello y Allariz tenía el porcentaje más alto con mucha diferencia. Siempre se ha apostado por el conocimiento y la cultura". Sobrino de Pepe Suárez, el discípulo de Unamuno autor de la celebérrima fotografía del intelectual vasco en Salamanca, hijo de un modesto industrial que fabricaba zapatos, el cuarto hijo de cinco hermanos, se marchó a Vigo a los 14 años a vivir con una familia para estudiar Bachillerato.

Allí despertó su responsabilidad política, gestada primero en una familia en la que primaba la lectura y la libertad de pensamiento "No entiendo a la gente que no le interesa la política. Ya decía Aristóteles que la política es lo único que nos diferencia al resto de especies". En Vigo también amaneció su otra gran pasión: el atletismo. "Era medio fondista. Corría 800 metros y con 17 años llegué a poseer la tercera mejor marca del Estado español con un tiempo de 1.56.04". Perteneció al Celta durante tres temporadas. Quedó tercero en la distancia de 1.000 metros en un campeonato juvenil de pista cubierta que se celebró en Madrid con un tiempo de 2' 36'' y fue campeón juvenil de España de campo a través por equipos con el Celta.

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Le apasionaba el atletismo a pesar de la dureza. "Está claro que hacer muchos kilómetros y dedicarle muchas horas acaba curtiéndote". Su hermano Francisco estaba becado en la residencia para deportistas Blume y él quiso seguir sus pasos. "Francisco fue tres o cuatro veces campeón de España de 400 metros vallas, el primer español que bajó de 51 segundos y aún tiene el récord gallego con 50.6. Francisco hubiese estado en los Juegos de Múnich de no ser por una lesión".

Pero a Alfredo le negaron la beca para estudiar en la Blume. "Como no me la dieron, me dediqué a estudiar. Corrí un año en el CUA, el primer equipo de atletismo de la Universidad de Santiago porque me pagaban la estancia y luego lo dejé para dedicarme por entero a mi carrera".

Suárez Canal habla sin resentimiento. Ni siquiera los Juegos que acaban de finalizar le suscitan nostalgia. "Escogí lo que quise, pero sé que probablemente si me hubiera dedicado con intensidad al deporte, en medio fondo podría haber sido un atleta de cierto nivel".

Nunca se despojó del todo del chándal. A los 35 años finalizó el maratón de Madrid, "una carrera muy dura por el desnivel", en 2h.48'. "Ahora ya sólo salgo a correr un par de kilómetros los domingos. Camino más que otra cosa". En Cabeza de Manzaneda, donde posee un estudio de 23 metros cuadrados, es un habitual de las pistas. "El esquí es una afición tardía para estar en contacto con mis hijas", corrige.

-¿Le ve futuro al medio rural el conselleiro?

-Claro, con las cosas de comer no se juega y menos en los tiempos que corren.

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