RELATO DE UNA DE LAS SUPERVIVIENTES | Catástrofe aérea en Madrid

"Me bajó el estómago y sentí un golpe. Luego el avión empezó a dar tumbos"

Beatriz Reyes explica que el pasaje vivió con calma la primera reparación

Beatriz Reyes, de 41 años, tiene previsto coger un avión y regresar a sus "islas bonitas" hoy mismo. Hace justo una semana "volvió a nacer". Sobrevivió, casi ilesa, al accidente aéreo del vuelo JK5022 en Barajas y dejó asombrado al personal médico por su entereza. "Es una persona especial", dicen de ella: "Nos ha maravillado la fuerza que tiene".

Ayer, seis días después de la fecha fatídica, Beatriz, que tiene una fractura en la pierna derecha, recibía el alta médica y comparecía ante los medios de comunicación. La segunda herida que sale del hospital después de que un niño de seis años...

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Beatriz Reyes, de 41 años, tiene previsto coger un avión y regresar a sus "islas bonitas" hoy mismo. Hace justo una semana "volvió a nacer". Sobrevivió, casi ilesa, al accidente aéreo del vuelo JK5022 en Barajas y dejó asombrado al personal médico por su entereza. "Es una persona especial", dicen de ella: "Nos ha maravillado la fuerza que tiene".

Ayer, seis días después de la fecha fatídica, Beatriz, que tiene una fractura en la pierna derecha, recibía el alta médica y comparecía ante los medios de comunicación. La segunda herida que sale del hospital después de que un niño de seis años fuera dado de alta el lunes, llegó hasta la biblioteca del hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes (Madrid) en una silla de ruedas, pero recorrió los últimos metros que la separaban de los micrófonos por su propio pie.

"El día 20 volví a nacer; de hecho me han puesto en maternidad"
"Oí que había gente que pedía ayuda y vi unos niños con los sillones encima"
"Quizá el aviónno iba con tanta velocidad como otras veces"
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Sus primeras palabras fueron de recuerdo a las 154 víctimas mortales y de ánimo a las 17 personas que quedan ingresadas en seis hospitales de la Comunidad de Madrid. A continuación, ofreció su testimonio de la catástrofe, el primero en primera persona.

El 20 de agosto, Beatriz hizo escala en Francfort antes de llegar a Madrid procedente de Johannesburgo, donde había pasado las vacaciones. Avisó por teléfono a su familia del retraso del vuelo. En su comparecencia, preguntada por si las personas "a su alrededor" estaban "intranquilas antes de despegar", esto es, después de que el avión permaneciese una hora parado junto a la pista por una avería, Beatriz respondió: "El ambiente era normal".

En un primer momento, no dio demasiada importancia a lo que le pareció una escasa aceleración del aparato durante el despegue: "Cuando el avión iba a despegar, quizá no llevaba tanta velocidad como en otras ocasiones". Pero empezó a pensar que algo iba mal cuando el avión empezó a ladearse hacia el ala derecha. "Fui consciente de que era un accidente en el momento en el que me subió y me bajó el estómago y sentí un golpe. Luego el avión empezó a dar tumbos".

Sintió un primer impacto, se agarró a su asiento, el 5-D, y rezó. Cree que no perdió la consciencia en ningún momento, aunque no recuerda lo que vio en aquellos momentos en los que el avión se iba desintegrando en cientos de pedazos para terminar ardiendo junto al arroyo de la Vega. "Sólo oía a la gente gritar".

"Cuando me levanté se me nubló la vista. Respiré hondo y di gracias a mi angelito de la guarda", recordó Beatriz. Después vio que la pierna le sangraba y se hizo un torniquete. Había gente que pedía ayuda y vio que unos niños tenían sillones encima. "Yo lo que hice fue sacarlos y apartarlos para que no estuvieran aprisionados". Cuando se le recuerda esa actuación tras el accidente, le resta importancia: "Lo hubiera hecho cualquier persona". Uno de los pequeños podría ser Roberto Álvarez, de seis años, que recibió el alta el lunes. Beatriz no supo en ningún momento su nombre, pero recuerda su "carita morena y su camiseta roja". Le trasladó "muchos besos y mucha fuerza".

Beatriz tuvo palabras de agradecimiento para todo el personal médico que la atendió. Y un recuerdo especial para un empleado de AENA, "Pablo", que le prestó el móvil tras el accidente. "Pude llamar a mi familia y decirles que no se preocuparan". Su templanza, ya en Urgencias del hospital, sorprendió a los médicos. "Le temblaba la voz menos que a nosotros", recordó ayer Lola Valenzuela, supervisora de quirófanos. "Nos dijo su nombre y nos dio dos números de teléfono para que avisáramos a su familia". Beatriz supo enseguida el alcance de la tragedia. Al segundo día pidió los periódicos. "Los quería todos, quería estar informada", contó Carmen Martínez, directora médica del hospital.

Beatriz, directora de una sucursal bancaria en Las Palmas de Gran Canaria, habló con mucha calma, pero su voz se quebró al hablar del "sentimiento contradictorio" que le genera pensar en la calurosa acogida que recibirá a la vuelta: "Están llegando los cuerpos y yo llego caminando". Gran Canaria recibió ayer 10 féretros más, con lo que ya son 32 los fallecidos que han sido transportados a la isla.

Aun así, la superviviente cree que lo mejor para ella es volar cuanto antes a Canarias, "cerrar capítulo" y asumir la tragedia como una experiencia negativa más. Pese a todo, siente una inmensa alegría por estar viva: "El 20 de agosto volví a nacer. De hecho, me han puesto en la planta de maternidad", bromeó con la complicidad del personal médico del Infanta Sofía que le acompañó durante su comparecencia.

Beatriz Reyes, durante su comparecencia tras ser dada de alta en el hospital Infanta Sofía de Madrid.SAMUEL SÁNCHEZ
Beatriz Reyes ha hecho público su testimonio tras ser dada de alta: 'Soy afortunada, el 20 de agosto volví a nacer'Vídeo: CNN+

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