Una época agónica

El presidente de la Xunta se reencontró con el director y los protagonistas de Los girasoles ciegos en el estreno mundial de la cinta en el Auditorio orensano. El film retrata los años "agónicos", según José Luis Cuerda, en los que la dignidad, el miedo y las mentiras solapadas retratan una posguerra española singular: los vencedores "incumplieron las normas de cualquier guerra y siguieron matando a los vencidos". Una época en la que, "como rezaban algunos carteles en las piscinas" estaba "prohibido sentirse eufórico" y la represión política era paralela a la sexual.

La mentira o...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El presidente de la Xunta se reencontró con el director y los protagonistas de Los girasoles ciegos en el estreno mundial de la cinta en el Auditorio orensano. El film retrata los años "agónicos", según José Luis Cuerda, en los que la dignidad, el miedo y las mentiras solapadas retratan una posguerra española singular: los vencedores "incumplieron las normas de cualquier guerra y siguieron matando a los vencidos". Una época en la que, "como rezaban algunos carteles en las piscinas" estaba "prohibido sentirse eufórico" y la represión política era paralela a la sexual.

La mentira obligada la cuenta Maribel Verdú, y la dignidad agónica la aporta un Javier Cámara alejado de sus registros habituales. Raúl Arévalo pone de manifiesto el quehacer de la "levadura del mal", haciendo que el daño quede impune.

Cuerda no se anduvo con falsas modestias. "Tengo ya una edad como para no hacerme el humilde: esta es una muy buena película", espetó tras explicar, citando a José Luis Borau, que "el cine se hace como se hace el amor; es decir, como se puede".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En