Crítica:Días de diversión

El Juli y los gestos

En la tarta del mundo taurino existe una perfecta división por la que las figuras del escalafón y los mandones de cada temporada lidian ganaderías al uso, normalmente de procedencia Tamarón-Parlade, mientras que el resto de matadores se ven obligados a matar los hierros que se les ofrecen, incluyendo lo que se conoce como ganaderías duras o del gusto del aficionado torista: Victorino Martín, Cebada Gago, Miura,...

En la jerga, se conoce como "gesto" el ofrecimiento de una figura de cruzar el puente y enfrentarse a uno de los hierros toristas o matar seis astados en solitario, cuando, da...

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En la tarta del mundo taurino existe una perfecta división por la que las figuras del escalafón y los mandones de cada temporada lidian ganaderías al uso, normalmente de procedencia Tamarón-Parlade, mientras que el resto de matadores se ven obligados a matar los hierros que se les ofrecen, incluyendo lo que se conoce como ganaderías duras o del gusto del aficionado torista: Victorino Martín, Cebada Gago, Miura,...

En la jerga, se conoce como "gesto" el ofrecimiento de una figura de cruzar el puente y enfrentarse a uno de los hierros toristas o matar seis astados en solitario, cuando, dada la tranquilidad con que mira el devenir de la temporada no se vería obligado a asumir tal nivel de compromiso.

Los ejemplares lidiados ayer fueron mansurrones y descastados

En el planteamiento de las Corridas Generales se barajó, al inicio, que, al rebufo de la exitosa victorinada de El Cid fuese El Juli quien asumiese, a guisa de celebración de sus diez años de alternativa, una encerrona ante seis toros de las distintas ganaderías participantes en el serial.

Cuestiones de índole económico y la percepción de que segundas partes nunca fueron buenas hicieron que se descartase la opción de Bilbao, pero no la idea de que El Juli participase en una corrida como único espada, lo que finalmente verá la luz en Nimes en el mes de septiembre.

Como quiera que danzaba en el ambiente la posibilidad de que el torero, vinculado históricamente con Vista Alegre, realizase un "gesto" en las Corridas Generales de 2008, la idea de la encerrona se reconvirtió hacia la posibilidad de que estoquease La Quinta, ganadería de encaste Santa Coloma, procedencia de la que huyen las figuras.

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Debe calificarse como absolutamente extraordinario que El Juli lidie un encierro de Santa Coloma, cuando las veces que se ha programado con esta procedencia se pueden contar con los dedos de las manos. Una de ellas, en Bilbao, cuando en 2004, se enfrentó a la ganadería de San Martín propiedad, en aquel momento, del mexicano Jose Chafik. El "gesto" tuvo lugar ayer en el coso de Martin Agüero, y en el mismo fue acompañado por el principal mandón de esta temporada, Miguel Ángel Perera, una de sus parejas de baile habituales.

Y como le ha ocurrido a Julián, a pesar de que en el último minuto del descuento pudo cortar una oreja en una actuación plena de raza, seña de identidad de su toreo, no culminó, con toda seguridad, con el éxito con la que se había diseñado.

Así, la corrida de La Quinta, salió a contraestilo, ya que cuando bajo la teoría estos toros tienen un fondo de picante que obliga a desarrollar unas específicos dotes de lidia que requieren conocimiento del encaste, los ejemplares lidiados en la tarde de ayer fueron, en conjunto, mansurrones, terriblemente descastados y adolecieron de clase.

Por tanto, la épica del gesto y lo extraordinario desaparecía, ya que la corrida, algunos de cuyos ejemplares como aquel al que cortó la oreja carecían del trapío exigido al toro de Bilbao, se asemejaban a una de tantas en las que el madrileño se enfrenta a otra vacada con procedencia Domecq.

Así, el indudable valor de lo realizado se desvaneció, tal y como había ocurrido con otros, que, en los últimos años, tuvieron como protagonista al mismo coleta, en Valencia, donde estoqueó una corrida de Miura, en la feria del aniversario en Madrid, ante una victorinada, o, el fallido enfrentamiento a los santa colomas de San Martín, acaecido en 2004.

Esperemos que en Nimes, El Juli pueda romper el maleficio de los gestos que le persigue y logre un triunfo rotundo en su encerrona del 19 de septiembre en donde estoqueará toros de Daniel Ruiz (encaste Domecq).

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