Tribuna:QUÉ ES... Bono ligado a la inflación | Textos y documentos

Un escudo para el poder adquisitivo

La inflación (aumento sostenido y generalizado en el nivel de precios) no sólo tiene un efecto negativo sobre nuestro poder adquisitivo sino también sobre nuestras inversiones. Se ven especialmente afectadas nuestras inversiones en renta fija, donde sabemos con certeza lo que vamos a recibir en forma de cupón (de manera inamovible, por eso se llama renta fija) pero no el valor real que tendrá cuando lo cobremos.

Es conveniente recordar que la rentabilidad nominal (la que sabemos de antemano y publicitan las entidades financieras) difiere de la real en la inflación. ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La inflación (aumento sostenido y generalizado en el nivel de precios) no sólo tiene un efecto negativo sobre nuestro poder adquisitivo sino también sobre nuestras inversiones. Se ven especialmente afectadas nuestras inversiones en renta fija, donde sabemos con certeza lo que vamos a recibir en forma de cupón (de manera inamovible, por eso se llama renta fija) pero no el valor real que tendrá cuando lo cobremos.

Es conveniente recordar que la rentabilidad nominal (la que sabemos de antemano y publicitan las entidades financieras) difiere de la real en la inflación. Es decir, para conocer mi rentabilidad real tengo que descontarle a mi rentabilidad nominal la inflación. Por tanto, cuanto mayor sea la inflación, menor será mi rentabilidad real.

Para evitar la perdida de valor adquisitivo y con el objetivo de saber con certeza cual será el valor de mi dinero en un futuro, es por lo que se han creado los bonos ligados a la inflación. Estos bonos tienen la peculiaridad de que su valor (el nominal) y sus cupones aumentan en la misma medida que lo hace la inflación. De esta manera, garantizan una rentabilidad real, y no nominal.

Los principales emisores de estos productos son los Gobiernos (a diferencia de otros productos, más en Europa que en Estados Unidos) por lo que además de la garantía o protección inflacionaria, hay que añadir la garantía crediticia (la improbabilidad de quiebra). Este es el motivo por el que la rentabilidad nominal (el interés que prometen) sea más bajo que el de otros instrumentos financieros.

Existen otros instrumentos que ayudan a proteger nuestras inversiones contra la inflación como las materias primas, rentas inmobiliarias ajustadas a inflación, etcétera, pero este instrumento es mucho más preciso en la medición y ajuste a la inflación.

Otra ventaja de estos instrumentos es su baja correlación con otros tipos de activos (Bolsa, renta fija de cupón fijo, liquidez, etcétera) por lo que, al añadirlo a una cartera de inversión, permite diversificar y bajar la volatilidad de la misma (lo que para muchos es sinónimo de reducir el riesgo).

Estos instrumentos han sido utilizados durante años por todo tipo de inversor institucional, sobre todo por aquellos que tienen contingencias futuras ciertas en el importe y el tiempo (compañías de seguros y gestoras de pensiones). En la actualidad, los inversores particulares también pueden acceder a ellos mediante los fondos de inversión que existen en el mercado y que invierten de forma exclusiva en este tipo de productos.

Los últimos repuntes en la inflación han atraído a muchos inversores a este tipo de productos. Además, ha provocado un importante incremento en su rentabilidad, pasando del 1,37% en el año 2006 al 7,85% en el año 2007. En lo que va de 2008, la rentabilidad de estos productos está en torno al 3%, por lo que cabe esperar un año parecido al anterior, o incluso mejor, si la inflación sigue a este ritmo.

José María Concejo es director de Allianz Global Investors Europe.

Archivado En