Sacar los pies del tiesto
Es lo mismo gritar "negro de mierda" al piloto Louis Hamilton, lanzar desde la grada gritos simiescos, excitar con la frase "usted es mejor que ese negro" -como hizo el ex seleccionador de fútbol Luis Aragonés con Reyes refiriéndose a Henry- que posar para un anuncio publicitario, las selecciones españolas de baloncesto masculina y femenina, con los dedos estirando los ojos como si fueran asiáticos? En principio, parece que hacerse una fotografía de tal guisa no debería ser entendido como un acto racista. Es discutible que sea ingenioso, pero sentenciar que se trata de un gesto "claramente ina...
Es lo mismo gritar "negro de mierda" al piloto Louis Hamilton, lanzar desde la grada gritos simiescos, excitar con la frase "usted es mejor que ese negro" -como hizo el ex seleccionador de fútbol Luis Aragonés con Reyes refiriéndose a Henry- que posar para un anuncio publicitario, las selecciones españolas de baloncesto masculina y femenina, con los dedos estirando los ojos como si fueran asiáticos? En principio, parece que hacerse una fotografía de tal guisa no debería ser entendido como un acto racista. Es discutible que sea ingenioso, pero sentenciar que se trata de un gesto "claramente inapropiado", en palabras de un portavoz del Comité Olímpico Internacional (COI), y pedir una disculpa pública como han solicitado el diario británico The Guardian y sus colegas estadounidenses The New York Times y Los Angeles Times por considerarlo racista, resulta exagerado. Quizá son más racistas quienes ven una carga de racismo en una publicidad en principio inofensiva. El rotativo angelino ha llegado incluso a recordarle a Pau Gasol que vive en una ciudad multicultural como Los Ángeles y que juega en un equipo tan opuesto al racismo como los Lakers y que, en definitiva, debe disculparse. Gasol confiesa que el anuncio no le parece gracioso, pero tampoco ofensivo.
Las autoridades de Pekín no han protestado, y la prensa china no lo ha publicado ni tampoco se ha hecho eco de la barahúnda.
En realidad, el ruido demuestra la fuerza, a veces desproporcionada, que tienen los medios de comunicación anglosajones y su excesivo celo por lo políticamente correcto.
Basta que un periodista lance alegremente el dardo crítico para que inmediatamente sus colegas americanos tomen el testigo. Y con ello, una anécdota cobra una dimensión exagerada y se desatan los rumores de que en el fondo hay una intención de dañar la imagen deportiva de España y minar la candidatura olímpica de Madrid para 2016. De todos modos, no estaría de más que aquí se ejercitara la prudencia, porque España, no sólo en lo deportivo, es actualmente un país bajo sospecha de racismo.