Más de 200 procesos judiciales contra Martinsa-Fadesa se suman al concurso

La inmobiliaria provisionó 28,7 millones para indemnizaciones por litigios

La crisis de Martinsa-Fadesa tiene su epicentro en el juzgado de lo Mercantil número 1 de A Coruña (que tramita el concurso de acreedores) pero toda una espiral de procesos judiciales, hasta sumar 215 causas pendientes y reclamaciones en curso, amenazan las ya de por sí maltrechas cuentas de la inmobiliaria. Tras admitir a trámite la suspensión de pagos y nombrar administradores judiciales, uno de los primeros pasos que ha dado el titular del juzgado, Pablo González-Carreró Fojón, ha sido reclamar al equipo jurídico de la compañía el listado completo de causas y procesos abiertos contra Martin...

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La crisis de Martinsa-Fadesa tiene su epicentro en el juzgado de lo Mercantil número 1 de A Coruña (que tramita el concurso de acreedores) pero toda una espiral de procesos judiciales, hasta sumar 215 causas pendientes y reclamaciones en curso, amenazan las ya de por sí maltrechas cuentas de la inmobiliaria. Tras admitir a trámite la suspensión de pagos y nombrar administradores judiciales, uno de los primeros pasos que ha dado el titular del juzgado, Pablo González-Carreró Fojón, ha sido reclamar al equipo jurídico de la compañía el listado completo de causas y procesos abiertos contra Martinsa-Fadesa para comunicar a las instancias oportunas la nueva situación concursal.

La empresa tiene abiertas causas en varias comunidades autónomas

El listado ha sido aportado al juez en CD-ROM, según confirman los representantes legales de Martinsa-Fadesa, debido a la ingente cantidad de procedimientos abiertos contra la inmobiliaria en distintas instancias judiciales repartidas por toda España. También se han incorporado a la lista las causas en las que figura como demandante. El magistrado ha dado este paso debido a que la ley concursal establece que los procesos en marcha deben seguir su curso hasta que haya una sentencia firme. Otra cuestión bien distinta será la ejecución de esas sentencias si resultan condenatorias para Fadesa, ya que dependerá de los nuevos administradores y del propio titular del juzgado que tramita la suspensión de pagos.

Si conllevan indemnizaciones, quienes resulten beneficiarios de esas sentencias pasarán a engrosar la lista de acreedores de la compañía. El titular del Juzgado de lo Mercantil tiene potestad para proceder a acumular determinados asuntos si estima que "su resolución tiene trascendencia sustancial para la formación del inventario o de la lista de acreedores" de Martinsa-Fadesa.

La inmobiliaria, que solamente para reclamaciones por defectos constructivos provisionó en su balance de 2007 un total de 9,5 millones de euros, arrastra los más diversos procedimientos judiciales. Para todos los litigios las provisiones suman 28,7 millones.

En la memoria de la compañía, figuran asuntos en la Audiencia Nacional y en el Tribunal Económico Administrativo Central, relativos a actas de inspección levantadas por la Agencia Tributaria con las que la compañía está disconforme. También figuran procesos civiles interpuestos por diversas comunidades de propietarios, y que se tramitan en juzgados de A Coruña, Málaga, Las Palmas, Sabadell, Madrid y Oviedo.

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A procesos judiciales abiertos en distintas instancias sobre la tramitación de polígonos como el de O Pino, actualmente en venta, o pendientes de recursos de casación ante el Supremo sobre expropiaciones de terrenos para levantar urbanizaciones como la de Miño, Martinsa-Fadesa suma demandas civiles por contratos de compraventa de terrenos, recursos contra expedientes sancionadores de gobiernos autonómicos como el de Canarias o La Rioja y también reclamaciones de naturaleza laboral interpuestas por antiguos directivos de la compañía. La compañía que preside Fernando Martín también ha sido demandada por varias constructoras, tanto en España como en Portugal.

Una crisis de familia

La crisis del ladrillo no sólo ha puesto contra las cuerdas a medio sector inmobiliario y a los bancos. También algunos grandes accionistas, ajenos a la construcción, han visto cómo el cambio de ciclo daba al traste con sus expectativas. Es el caso de la familia integrada por Juan Carlos Rodríguez Cebrián, ex director general de Inditex, y Dolores Ortega, su mujer, a la sazón sobrina de Amancio Ortega. Martinsa-Fadesa, por un lado, y la catalana Hábitat, por otro, ejemplos más recientes de la crisis de la construcción y de las que el tándem inversor es accionista significativo (con inversiones que suman los 204 millonesde euros). A través de la sociedad Aguieira de Inversiones, y tras la ampliación de capital llevada a cabo el año pasado para asumir la compra de Fadesa por Martinsa, Rodríguez Cebrián se convirtió en el tercer accionista, con una participación del 6,9%.

El empresario se comprometió a través de pactos parasociales firmados con Fernando Martin a mantener su participación en la compañía durante un año con lo que, al margen del proceso concursal, el ex director general de Inditex y su mujer no podrán salir del accionariado de la inmobiliaria hasta el próximo diciembre. En una situación similar está Bancaja. Desde el entorno del empresario mantienen que, para él, la situación de Fadesa no es tan preocupante como la de Hábitat, de la que el matrimonio posee un 9%. Actualmente en venta, Rodríguez Cebrián y Ortega, junto a otros accionistas minoritarios, han solicitado medidas cautelares contra el presidente de la compañía, Bruno Figueras.

Dinero para pleitos

- Fadesa había provisionado en su balance un total de 9,5 millones de euros para hacer frente a litigios por defectos constructivos.

- El saldo para las eventuales indemnizaciones por otros procesos judiciales duplica esa cifra, hasta situarse en los 19,2 millones de euros.

- Fadesa admite haber recibido demandas judiciales por defectos en promociones ya entregadas por importe de 15,2 millones de euros. Algunos procesos han sido interpuestos por gobiernos autonómicos.

- Antes de presentar< el concurso de acreedores, la inmobiliaria estimaba que las demandas en curso se resolverían antes de tres años.

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