Un hombre aparece asesinado en un contenedor de Barcelona
La policía detecta 280 plantas de marihuana en una casa
Los Mossos d'Esquadra investigan el asesinato de un hombre que ayer apareció muerto y descuartizado en un contenedor de basuras en Barcelona. Al mediodía, un mendigo vio en el interior del receptáculo los restos de un cuerpo sin vida. Los vecinos alertaron a la policía. El cadáver fue arrojado, por partes, en dos contenedores en la confluencia de las calles de la Marina y València, entre la plaza de toros Monumental y la Sagrada Familia. Fuentes del caso confirmaron ayer por la tarde que se trata de un homicidio.
Los agentes registraron los contenedores y rastrearon a fondo la zona pa...
Los Mossos d'Esquadra investigan el asesinato de un hombre que ayer apareció muerto y descuartizado en un contenedor de basuras en Barcelona. Al mediodía, un mendigo vio en el interior del receptáculo los restos de un cuerpo sin vida. Los vecinos alertaron a la policía. El cadáver fue arrojado, por partes, en dos contenedores en la confluencia de las calles de la Marina y València, entre la plaza de toros Monumental y la Sagrada Familia. Fuentes del caso confirmaron ayer por la tarde que se trata de un homicidio.
Los agentes registraron los contenedores y rastrearon a fondo la zona para hallar alguna pista que permita resolver el caso. Por el momento se desconocen la identidad del hombre y las causas del crimen.
La policía autonómica, por otra parte, ha detenido a un hombre que tenía en su propia casa un cultivo de marihuana de grandes proporciones. El arrestado, Francisco F. P., de 32 años, tenía más de la mitad de su vivienda de Terrassa -una casa unifamiliar- ocupada por 280 plantas. Los Mossos localizaron instrumentos -bolsas, balanzas de precisión y facturas- que utilizaba para vender la droga. La policía le acusa, por ese motivo, de un delito contra la salud pública.
El fuerte olor a marihuana alertó a los vecinos, que le denunciaron. Durante la investigación, Francisco se dedicó a fabricar canalizaciones para evitar los olores y así alejar las sospechas de los vecinos. El hombre vivía con su mujer y los hijos de ambos, que tienen entre tres meses y siete años.