Videojuegos

El juego educativo de Lavapiés, a las favelas

El primer paso es fotografiar hasta el último rincón del barrio. Los chavales se encargan de ello. A continuación se retocan las imágenes y se trasladan al mundo virtual. Unas cuantas fotos más de los propios chicos y chicas, y están listos el escenario y los personajes de uno de los videojuegos Bordergames. Se trata de un proyecto que ideó hace ya ocho años un grupo independiente del madrileño barrio de Lavapiés para trabajar con jóvenes de origen inmigrante en talleres de elaboración de videojuegos. "El objetivo es que los chavales reflexionen sobre su realidad", cuenta David Rodrígue...

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El primer paso es fotografiar hasta el último rincón del barrio. Los chavales se encargan de ello. A continuación se retocan las imágenes y se trasladan al mundo virtual. Unas cuantas fotos más de los propios chicos y chicas, y están listos el escenario y los personajes de uno de los videojuegos Bordergames. Se trata de un proyecto que ideó hace ya ocho años un grupo independiente del madrileño barrio de Lavapiés para trabajar con jóvenes de origen inmigrante en talleres de elaboración de videojuegos. "El objetivo es que los chavales reflexionen sobre su realidad", cuenta David Rodríguez, miembro del colectivo Bordergames. Tras importar la experiencia a Barcelona, Figueras, Gijón, Berlín (Alemania) y Alhucemas (Marruecos), ahora cruzan el charco hasta un barrio de favelas de São Paulo (Brasil).

El videojuego es la base del trabajo y se construye "con herramientas tecnológicas semi-profesionales" para que el resultado sea de calidad. Ellos, ayudados por informáticos y artistas, son los que crean una aventura gráfica y se convierten en protagonistas de su argumento, que gira en torno a la integración. "Las fronteras no son las vallas, que se saltan; las fronteras están aquí", reflexiona David Rodríguez, haciendo alusión al nombre del juego (border en inglés significa frontera).

La protagonista de la versión de Bordergames en Barcelona es una joven hindú que se mueve por la Rambla del Raval con su larga trenza. Está prometida en su país, pero su ilusión es encontrar un trabajo en España que le dé independencia. El idioma, los papeles o las relaciones personales son algunos de los problemas que abordan los guiones de estos videojuegos, pensados y escritos por los chavales. "Es como hacer un documental. La realidad es suficientemente interesante", concluyen los creadores de este juego libre, gratuito y sin ánimo de difusión.

El uso de las nuevas tecnologías con fines pedagógicos encuentra en el mundo de los videojuegos una oportunidad única de hablar a los jóvenes. ONG y empresas han lanzado títulos como los apadrinados por Games for Change, una plataforma que fomenta la realización de juegos "para el cambio social", como Refugee (refugiado) o Darfur is Dying (Darfur se muere).

Niños de la Cañada Real (Madrid) en uno de los talleres de Bordergames.

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