Un polícia reconoce que robó cocaína en la Jefatura

El otro agente acusado dice que sufrió coacciones

Manuel G. T. y José Luis A. G. declararon ayer en el juicio contra ellos por el robo de 20 kilos de cocaína de una furgoneta aparcada en el interior de las dependencias de la Jefatura Superior de Valencia y en la que se custodiaban más de 500 kilos de un alijo de esa droga. El fiscal pide para ellos 13 años de prisión, dos millones de euros de multa e inhabilitación absoluta mientras dure la condena. Aceptar los hechos podría servir para atenuar la pena. Pero Manuel G. T. se negó ayer a suscribir la versión que consta en su primera declaración ante agentes policiales, ni la que hizo en el juzg...

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Manuel G. T. y José Luis A. G. declararon ayer en el juicio contra ellos por el robo de 20 kilos de cocaína de una furgoneta aparcada en el interior de las dependencias de la Jefatura Superior de Valencia y en la que se custodiaban más de 500 kilos de un alijo de esa droga. El fiscal pide para ellos 13 años de prisión, dos millones de euros de multa e inhabilitación absoluta mientras dure la condena. Aceptar los hechos podría servir para atenuar la pena. Pero Manuel G. T. se negó ayer a suscribir la versión que consta en su primera declaración ante agentes policiales, ni la que hizo en el juzgado. José Luis A. G., en cambio, confirmó el relato de hechos ofrecido por el fiscal. Del mismo modo que el tercer procesado, de nacionalidad rumana, Ilien P., portero de una conocida discoteca del centro de Madrid, que aceptó tres de los 20 kilos de cocaína para intentar darles salida.

El fiscal pide para ellos 13 años de prisión y multa de dos millones

El 26 de julio de 2006 la policía llevó al aparcamiento descubierto de la Jefatura una furgoneta con más de 500 kilos de cocaína. Manuel G. T., de 41 años, llevaba un mes de destino en Valencia. Era policía raso, pertenecía a Seguridad Ciudadana, tenía turno de noche y vigilaba precisamente el acceso a ese aparcamiento. El día 28, por la noche, se puso en contacto con José Luis A. G., de 35 años, oficial de policía, destinado en Carabanchel (Madrid). Ambos habían trabajado juntos en la comisaría de Puente de Vallecas. Manuel le propuso que viniera, que lo hiciera de uniforme, que podían sacar droga sin problema. José Luis cogió el coche, llegó a la Jefatura, Manuel le dio una navaja de titanio, fue a la furgoneta, cortó la cinta, sacó dos tabletas y se fue. Cuando llegó a Madrid las ocultó en el trastero de su padre, en Carabanchel Y, según dijo, al no tener contacto con traficantes, estuvo intentando "en el mundo de la noche" ver "cómo podía darle salida". Un intento fue darle al tercer procesado tres kilos para ver si podía venderlos. "Como ninguno estábamos en ese mundo, no se hizo". Fueron detenidos los días 17 y 18 de agosto de 2006. La droga fue recuperada. José Luis, que explicó en el juicio que se vio atrapado en una compleja situación personal, asumió los hechos. También lo hizo Ilien P. Manuel G. T. dijo ayer que fue coaccionado por los agentes antidroga, que manipularon su declaración y que él nada tiene que ver, salvo por no haber denunciado un delito por miedo.

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