Güemes se libró de la quema por un malentendido

La presidenta de Madrid se empeñó ayer en desmentir la interpretación de que había destituido a Prada y Lamela porque aceptaron estar en la dirección del PP con Rajoy. Y recordó que Juan José Güemes, consejero de Sanidad, también está en el Comité Ejecutivo del partido, a propuesta del líder, y no ha sido purgado.

La historia de por qué Güemes está ahí y sin embargo Aguirre no le considera un traidor es rocambolesca. El jueves de la semana pasada, Rajoy pidió a la presidenta que le diera dos nombres para el Comité Ejecutivo. Aguirre decidió dar tres -dos le parecían pocos para Ma...

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La presidenta de Madrid se empeñó ayer en desmentir la interpretación de que había destituido a Prada y Lamela porque aceptaron estar en la dirección del PP con Rajoy. Y recordó que Juan José Güemes, consejero de Sanidad, también está en el Comité Ejecutivo del partido, a propuesta del líder, y no ha sido purgado.

La historia de por qué Güemes está ahí y sin embargo Aguirre no le considera un traidor es rocambolesca. El jueves de la semana pasada, Rajoy pidió a la presidenta que le diera dos nombres para el Comité Ejecutivo. Aguirre decidió dar tres -dos le parecían pocos para Madrid-: Ignacio González, Francisco Granados y Güemes. Y así se lo dijo.

El viernes, Aguirre cambió de idea. Si le mandaba tres, pensó, Rajoy, que le había pedido dos, podía utilizarlo para elegir y vetar a González, que le ha criticado. Así que le mandó un sms con dos: González y Granados. Pero se olvidó de contárselo a Güemes.

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Este último, según le contó después a Aguirre, creyéndose elegido por su jefa, desplegó lo que él define como "sus encantos", esto es, habló con su suegro, el todopoderoso Carlos Fabra, barón de Castellón y apoyo clave para Rajoy.

Cuando vio que Aguirre no proponía a Güemes y Fabra sí, Rajoy pensó en matar dos pájaros de un tiro: contentar a Fabra y dividir al equipo de Aguirre colocando a un hombre de su círculo. Cuando se desveló el entuerto, Güemes ya estaba dentro de la dirección del PP, y González y Granados fuera. El primero pidió disculpas a su jefa, y ella las aceptó, porque todo había sido fruto de un malentendido.

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