Cinco arrestados más por el asesinato de la empresaria de Huesca

Ya son seis los detenidos por la Guardia Civil en la localidad oscense de Sabiñánigo. Son cinco nuevos sospechosos de estar relacionados con la muerte de la empresaria María Pilar Blasco, que fueron arrestados ayer por la mañana y prestaban declaración en el cuartel de la localidad serrablesa. Allí sigue Francisco Javier Puyó, el albañil que fue detenido el pasado día 16 como principal sospechoso de un crimen que ha conmocionado a toda la comarca.

Los cinco detenidos -aunque los investigadores no descartan que haya alguno más- son vecinos de la localidad, de nacionalidad rumana, alguno ...

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Ya son seis los detenidos por la Guardia Civil en la localidad oscense de Sabiñánigo. Son cinco nuevos sospechosos de estar relacionados con la muerte de la empresaria María Pilar Blasco, que fueron arrestados ayer por la mañana y prestaban declaración en el cuartel de la localidad serrablesa. Allí sigue Francisco Javier Puyó, el albañil que fue detenido el pasado día 16 como principal sospechoso de un crimen que ha conmocionado a toda la comarca.

Los cinco detenidos -aunque los investigadores no descartan que haya alguno más- son vecinos de la localidad, de nacionalidad rumana, alguno de los cuales trabajaba o había trabajado en la empresa de albañilería de Puyó, próxima a la de la mujer asesinada. No obstante, según las fuentes, es posible que alguno de los últimos arrestados quede en libertad hoy mismo.

La Guardia Civil quiere tener bien atado quién fue exactamente el autor material del crimen, para cuya comisión se necesitó ayuda de terceros, especialmente para deshacerse del cuerpo de la empresaria.

El cadáver fue hallado maniatado el pasado sábado en un canal que se había vaciado en los días de búsqueda. María Pilar desapareció el pasado día 10 cuando salía de su casa a su empresa, situada a unos 500 metros. Tras días de búsqueda, un vecino de la zona localizó su cuerpo con signos de violencia atado y con lastre (piedras) para evitar que subiese a la superficie en el canal de riego. El primer sospechoso fue Puyó, un vecino de la familia que tenía una empresa de albañilería y al que se tomó declaración el mismo martes en que desapareció María Pilar.

Aunque los investigadores parecen tener atado el móvil del crimen -económico, ya que el principal sospechoso, Puyó, debía dinero a la empresa de María Pilar y su familia-, se está prorrogando al máximo su periodo de detención que puede alargar el titular del Juzgado número 2 de Jaca hasta el viernes.

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