Las grabaciones del 'caso Coslada' salpican a un juez
El jefe pidió ayuda a un magistrado contra una testigo
El juez del caso Coslada ha desgajado del sumario las conversaciones grabadas entre el presunto jefe de la trama corrupta de la Policía Municipal, Ginés Jiménez Buendía, y un juez de dicho municipio, C. N., cuya versión intentó recabar ayer este diario sin éxito. Tal material ha sido elevado a la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) para que evalúe si contiene alguna irregularidad la conducta del juez y, caso afirmativo, si es merecedora de sanción disciplinaria o incluso penal.
La base de la investigación judicial se centra en la petición t...
El juez del caso Coslada ha desgajado del sumario las conversaciones grabadas entre el presunto jefe de la trama corrupta de la Policía Municipal, Ginés Jiménez Buendía, y un juez de dicho municipio, C. N., cuya versión intentó recabar ayer este diario sin éxito. Tal material ha sido elevado a la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) para que evalúe si contiene alguna irregularidad la conducta del juez y, caso afirmativo, si es merecedora de sanción disciplinaria o incluso penal.
El jefe de la mafia policial quería tapar una denuncia de violencia de género
La base de la investigación judicial se centra en la petición telefónica que dicho juez recibe de Ginés Jiménez para neutralizar o limitar el impacto de una testigo en un asunto de violencia de género contra un agente municipal de Coslada.
El juez, lejos de rechazar tal pretensión por ilegal, se compromete expresamente a tomar el asunto en sus manos en la línea que le sugiere Jiménez: debilitar o reconducir su testimonio. La citada mujer efectivamente se sintió dirigida por el juez en relación con su testimonio, actuación de la que ya existe denuncia escrita. Al tratarse de un aforado, tanto el juez investigador como la Fiscalía han acordado que dicha información fuera elevada al TSJM.
Por contra, no hay ninguna decisión tomada en la Fiscalía sobre ese asunto, dado que no ha sido aún examinado en el tribunal. Dentro del sumario se menciona un intento de chantaje a una víctima que sufrió una agresión de su ex pareja, un policía municipal. Miembros de la mafia policial le ofrecieron 500 euros por retirar la denuncia.
Lo que sí destapa el sumario son conversaciones de Jiménez que destilan la apariencia de que la Policía Municipal que dirigía incluía entre sus cometidos el espionaje de los concejales. Así, el 20 de febrero de 2008 en un momento dado, Jiménez le pregunta a uno de sus subordinados, Navarro, qué sabe de la actividad municipal. Y ambos comentan que el ex alcalde de IU, José Huélamo, mentor de Jiménez, quiere crear una gerencia de Urbanismo para colocar a alguien de su confianza política, opción a la que IU se opondría.
Seis días más tarde, Jiménez le pregunta a Navarro qué ocurrió en el pleno del día anterior. Pero su espía esta vez falló, según recoge el informe policial: "no escuchó nada ya que los del PSOE habían estado cuchicheando a escondidas". Jiménez le insiste en si se ha comentado algo de urbanismo, un tema que parece inquietarle al ex jefe de la policía municipal muy por encima de sus funciones y competencias. De hecho, los investigadores no descartan que algún fleco de esta trama de corrupción derive en asuntos inmobiliarios.
Por lo pronto, el juez ha solicitado una exhaustiva investigación patrimonial de Jiménez y sus centuriones.