Columna

Anarquía en el mar

Las últimas jornadas han sido prolíficas en noticias vinculadas con las actividades marítimas. Predominantemente no fueron halagüeñas, sino todo lo contrario. Hemos reseñado la cada vez más importante pesca ilegal, no regulada y no reglamentadas que va asolando los stocks y áreas de pesca, lo que significa que un importante número de pescadores ejercen con casi total impunidad sus labores de captura, poniendo en riesgo los recursos pesqueros.

Esta proliferación de la pesca ilegal y no declarada hace que exista un relevante flujo comercial de productos de pesca sin contabilización...

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Las últimas jornadas han sido prolíficas en noticias vinculadas con las actividades marítimas. Predominantemente no fueron halagüeñas, sino todo lo contrario. Hemos reseñado la cada vez más importante pesca ilegal, no regulada y no reglamentadas que va asolando los stocks y áreas de pesca, lo que significa que un importante número de pescadores ejercen con casi total impunidad sus labores de captura, poniendo en riesgo los recursos pesqueros.

Esta proliferación de la pesca ilegal y no declarada hace que exista un relevante flujo comercial de productos de pesca sin contabilización que pone en peligro las rentas de los pescadores y amenaza las economías de litoral que subsisten y que se apoyan en las actividades pesqueras. Esto es, a mayor oferta de pescado los precios descienden. Y si añadimos la subida a espectacular de los precios del combustible, nos encontramos con que los actuales costes de explotación pueden superar a los ingresos, lo que significa que el sector está atravesando un momento muy critico

Hace falta una acción internacional capaz de poner freno a la piratería en las capturas de pesca

Además, los medios de comunicación han llamado la atención de los recientes actos de piratería marítima, ya sea sobre pesqueros, ya sea sobre mercantes. Cualquiera de las zonas situadas en las rutas del transporte marítimo son escogidas por los piratas para asaltar, extorsionar y confiscar las mercancías objeto de tránsito. Desde el estrecho de Malaca hasta las proximidades del canal de Suez, y a lo largo del Océano Índico nos encontramos con una importante pléyade de incidentes, que pasan sin pena ni gloria ante las instituciones internacionales.

Incluso, somos conscientes de la existencia de buques que transportan mercancías peligrosas a lo largo de los mares y océanos, sin que las autoridades costeras próximas a las rutas sean conscientes y tengan conocimiento de dichas cargas. La consecuencia, en la peor de las situaciones, son los accidentes marítimos y los impactos negativos sobre los ecosistemas y las poblaciones costeras provocados por buques con pabellones de conveniencia o por empresarios free riders o empresas golondrinas (que aparecen en un lugar, desaparecen inmediatamente y vuelven a emerger en un nuevo emplazamiento con nombre diferente).

Galicia ostenta uno de los récords mundiales de accidentes marítimos con efectos contaminantes sobre los ecosistemas sin que hasta el momento los procedimientos judiciales fueran capaces de atribuir la culpabilidad a alguien. Y finalmente, algunos organismos internacionales llaman la atención sobre el deterioro de los ecosistemas y habitats marinos.

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Al proceder a su cálculo, el 75% de las poblaciones de peces más comerciales están sobreexplotadas o al límite de la explotación. Al mismo tiempo, en los mercados afluyen y se entremezclan recursos pesqueros capturados con el máximo rigor de los métodos de pesca, esto es, bajo el cumplimiento del código de pesca responsable, con otras especies que procedentes de caladeros más lejanos, ni tan siquiera vienen armonizadas sanitariamente ni comercialmente, ni tampoco se puede llegar a afirmar que cumplan el mencionado código de pesca responsable.

Por tanto, el panorama es próximo a la anarquía. Por eso, comparto la opinión de aquellos expertos que desean llamar la atención a los graves problemas que se ciernen sobre las actividades marítimas,

La Unión Europea y la Xunta de Galicia muestran inquietudes ante la situación. Otras instituciones públicas siguen paralizadas en sus actuaciones, adaptando posiciones de talante conservador e inmovilista.

Aunque no es fácil una solución que abarque y sea ampliamente respaldada por todos los países, agentes y sociedad en general, no es menos cierto que es preciso que alguien lidere un movimiento internacional tendente a eliminar la actual anarquía imperante, y que sea capaz poner frenos y obstáculos a la actual piratería pesquera en lo que concierne a las capturas y comercio no reglamentado, y a la piratería marítima en lo que respecta a los asaltos y contaminación

En el año mundial de los océanos, Portugal, con Mario Soares presidiendo una Comisión, se realizó un magnifico trabajo para resaltar la necesidad de poner en marcha iniciativas globales que lograron posteriormente culminar con acciones concretas. Hoy en día, también Portugal ha constituido una Comisión para Asuntos del Mar con la finalidad de centrar los problemas mundiales, presidida por el experto Mario Ruivo.

¿Y nosotros? La Xunta de Galicia tiene una magnífica oportunidad y ocasión para poner en marcha iniciativas que deriven en marcar las pautas de una mayor concienciación y de una mayor dedicación programática en defensa de las actividades relacionadas con el mar. Confío en el presidente y en la conselleira para demostrar, una vez más, que Galicia sigue estando a la vanguardia de los asuntos marítimos.

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