La banda de los 150 'cogotazos'

Caen 15 ladrones que robaban con gran violencia a clientes de bancos

Un delincuente redondo es ése que, ya puesto a delinquir, lo mismo le da robar un coche, que dar un tirón, que dar un atraco en un banco o hacerlo todo seguido y en este orden. Es el caso de la banda desarticulada por la Guardia Civil, compuesta por 11 hombres y cuatro mujeres de nacionalidad rumana, autora de 150 atracos a clientes de bancos de Murcia, Alicante, Valencia y Albacete que momentos antes habían retirado fuertes sumas de dinero.

El método preferido por la banda era el llamado cogotazo (golpe por la espalda y a traición que deja a la víctima inconsciente y a me...

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Un delincuente redondo es ése que, ya puesto a delinquir, lo mismo le da robar un coche, que dar un tirón, que dar un atraco en un banco o hacerlo todo seguido y en este orden. Es el caso de la banda desarticulada por la Guardia Civil, compuesta por 11 hombres y cuatro mujeres de nacionalidad rumana, autora de 150 atracos a clientes de bancos de Murcia, Alicante, Valencia y Albacete que momentos antes habían retirado fuertes sumas de dinero.

El método preferido por la banda era el llamado cogotazo (golpe por la espalda y a traición que deja a la víctima inconsciente y a merced del atracador). Pero la técnica tenía variaciones. Una variante era la de introducir a un ladrón en el banco sólo para observar y avisar por teléfono a los compinches de que la víctima salía y describirles cómo iba vestida.

Ya en el exterior, propinaban un cogotazo, seguido de un tirón al bolso. La otra variante era esperar a que la victima se subiese en su vehículo y dejase el bolso en el asiento. Ahí rompían el cristal con una bujía y se llevaban el bolso. Una mujer fue sacada a rastras por la ventanilla del copiloto tras aferrarse a su cartera. Sufrió lesiones graves.

La huida era fácil. Antes habían robado con violencia coches caros con los que escapaban. Los robaban casi en marcha. Con un vehículo desvencijado chocaban por detrás con el coche elegido y, cuando el dueño se bajaba a ver los daños, rápidamente un ladrón se hacía con él. Cometidos los atracos posteriores, el negocio se cerraba con el traslado del coche a Rumania para su venta en el mercado negro. Todo se aprovecha.

Si los bancos estaban cerrados, entonces se dedicaban a robar a turistas recién llegados a los aeropuertos de El Altet (Alicante) y San Javier (Murcia), utilizando una idéntica forma de actuar con contundencia. Para detenerlos, la Guardia Civil recurrió a la Unidad Especial de Intervención (UEI), porque por la fortaleza de los ladrones se esperaba resistencia.

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