Bebés con huella digital

El nacimiento de su primer hijo; un cambio de ropa en el hospital; la colocación, que él considera insegura, de la pulsera de identificación..., muchas fueron las circunstancias que llevaron a Carlos Herreros, hace ya siete años y mientras su hijo consumía sus primeros biberones en el nido de un centro hospitalario, a plantearse la necesidad de disponer de medios, eficaces y seguros, de identificación de los recién nacidos en las maternidades. Aquello significó el comienzo de la empresa Identificación y Custodia Neonatal (ICN), de la que es presidente.

Trabajando como estratega de publi...

El nacimiento de su primer hijo; un cambio de ropa en el hospital; la colocación, que él considera insegura, de la pulsera de identificación..., muchas fueron las circunstancias que llevaron a Carlos Herreros, hace ya siete años y mientras su hijo consumía sus primeros biberones en el nido de un centro hospitalario, a plantearse la necesidad de disponer de medios, eficaces y seguros, de identificación de los recién nacidos en las maternidades. Aquello significó el comienzo de la empresa Identificación y Custodia Neonatal (ICN), de la que es presidente.

Trabajando como estratega de publicidad -"pasé varios años en Estados Unidos"- este emprendedor está habituado a detectar las necesidades presentes y futuras de los consumidores, "una vez que tuve ante mí la necesidad me fue fácil describir la herramienta que necesitábamos". De esto último se encargaron los ingenieros de Corporación Tecnológica Tecnalia Robotiker, una empresa con sede en Zamudio (Vizcaya), especializada en el desarrollo de tecnologías de la información. De entre todos los desarrollos, destaca un sistema de identificación de neonatos único en el mundo, "se trata de una terminal de alta integración con todos los periféricos incorporados para identificar recién nacidos".

Consolidado el proyecto empresarial en el mercado nacional, ICN se plantea ahora el reto de dar el salto al extranjero

ICN tiene como socio a Rosp Corunna, sociedad de Rosalia Mera, la accionista de Zara y una de las mujeres más ricas de España

Elementos básicos

Sobre la pantalla de un ordenador y apoyándose en gráficos y plantillas, Herreros, con maneras y modos de paciente estilo didáctico, detalla los elementos básicos de su producto "los partes de nacimiento de toda la vida recogen, con tinta, las huellas de la madre y del bebé". Viendo las muestras, resulta evidente que con este método no se obtiene el detalle de la huella del recién nacido, "lo que nosotros proponemos es fotografiar, digitalmente, las huellas de la madre y el niño. Conseguimos una total nitidez y así, en caso de duda sobre las identidades, tan sólo hay que comparar las huellas tomadas".

Sentado tras un escritorio de funcional diseño, ubicado en un centro empresarial de San Sebastián de los Reyes (Madrid), Carlos comunica su mensaje con un hablar pausado, propio de alguien que tiene la seguridad de unas etapas ya rebasadas..., unas etapas que no siempre fue fácil dejar atrás, "como cualquier otra empresa de nuestro tamaño y características hemos pasado por múltiples dificultades. Aunque hemos recibido alguna subvención, lo cierto es que, si a estas alturas seguimos vivos, hay que agradecérselo a nuestros socios".

El emprendedor habla de la sociedad de participaciones industriales Rosp Corunna, controlada por Rosalía Mera, accionista de Zara y una de las mujeres más ricas de España, "aunque el sistema ya estaba implantado en algunos hospitales (los servicios de maternidad de La Paz, el Doce de Octubre...) nos dimos cuenta de que necesitábamos diversificarnos, por ejemplo, ofreciendo herramientas que pudieran prevenir la inadecuada identificación de pacientes en los hospitales. También abrirnos a nuevos mercados".

Proyecto empresarial

Y ése es el punto en el que Rosp Corunna entra en el capital de ICN, "contactamos con Renta 4, quien, a su vez, expuso nuestras ideas a Rosp Corunna. Es entonces cuando nos enteramos que Rosalía Mera estaba, desde su propia filosofía de negocio, muy interesada en apoyar empresas como la nuestra, rica en ideas, escasa en recursos económicos y centrada en actividades que pudieran mejorar la vida y seguridad de los ciudadanos".

Consolidado el proyecto empresarial en el mercado nacional, ICN se plantea ahora el reto de dar el salto al extranjero, "para el año 2009 vamos a empezar a operar en Portugal, un país cercano a cuyos clientes potenciales podremos atender personalmente". Después vendrán el Reino Unido -"consolidarnos allí nos abrirían los mercados árabes"- y Bélgica, "uno de los países europeos más receptivos a la adquisición de mercancías extranjeras". En el futuro esperan EE UU, México, Brasil..., "son naciones con alto número de nacimientos y a las que queremos acudir de la mano de empresas españolas que ya estén trabajando allí". Y es que las huellas de ICN apuntan hacia el futuro... con un primer paso que siempre saldrá de la huella de un recién nacido.