Reportaje:

De la Vega, en el granero de la derecha

Populares y socialistas se disputan dos escaños en Valencia y Alicante

La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, defiende, como cabeza de lista por Valencia, los siete escaños conseguidos por el PSOE en 2004. Aunque asegura que está en condiciones de pelear por el octavo, no es fácil. De la Vega juega en uno de los graneros de voto del PP y cuenta con una federación socialista gobernada por una gestora.

"No hay feudos que valgan", ha asegurado De la Vega durante una campaña de mensajes en positivo, orientada a neutralizar el discurso victimista que el PP ha desplegado estos años contra la gestión de Zapatero. De la Vega ha hecho fr...

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La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, defiende, como cabeza de lista por Valencia, los siete escaños conseguidos por el PSOE en 2004. Aunque asegura que está en condiciones de pelear por el octavo, no es fácil. De la Vega juega en uno de los graneros de voto del PP y cuenta con una federación socialista gobernada por una gestora.

"No hay feudos que valgan", ha asegurado De la Vega durante una campaña de mensajes en positivo, orientada a neutralizar el discurso victimista que el PP ha desplegado estos años contra la gestión de Zapatero. De la Vega ha hecho frente al "Vietnam valenciano" que le auguró el PP al saber que se presentaba por Valencia con una agenda intensa y sin desatender su responsabilidad como vicepresidenta.

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El PP, que en las pasadas elecciones autonómicas y municipales logró uno de cada dos votos, ha intentado mantener el mismo grado de movilización de entonces. Una misión en la que se ha volcado todo el Gobierno valenciano, liderado por su presidente, Francisco Camps, y auxiliado por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, lo que ha difuminado el protagonismo del candidato Esteban González Pons.

Con este diseño, el PP ha mantenido en Valencia los mismos ejes de campaña que en los comicios de mayo de 2007. Así, las críticas al Gobierno socialista por falta de infraestructuras, la derogación del trasvase del Ebro, inseguridad ciudadana y la deficiente financiación autonómica son los argumentos con los que intentan aumentar en uno los ocho escaños de 2004. Sin embargo, la renuncia de Mariano Rajoy a incluir explícitamente el trasvase del Ebro en su programa electoral ha abierto una vía de agua en el argumentario de los populares valencianos.

En Valencia, tanto el PP como el PSOE aspiran a quedarse con el escaño que obtuvo en 2004 Esquerra Unida, la formación de Gaspar Llamazares que ha sufrido una grave escisión en el País Valenciano.

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Alicante es el segundo punto caliente de esta campaña, Allí, el PP, que logró 6 escaños en 2004, y el PSOE, que obtuvo cinco, se disputan a cara de perro el nuevo escaño asignado por el crecimiento de la población. El PSOE ha colocado de cabeza de cartel al ministro de Sanidad, Bernat Soria, para hacer frente al incombustible Federico Trillo.

En Castellón, populares y socialistas repiten el cartel de hace cuatro años. Aunque es difícil, el ex ministro Jordi Sevilla sueña con ganarle esta vez al popular Juan Costa, coordinador del programa electoral de Rajoy. Hace cuatro años, Costa logró tres de los cinco escaños y Sevilla los otros dos.

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