Análisis:EL ESPECTADOR PERPLEJO | ELECCIONES 2008 | Campaña electoral

Solbes es Messi

Venir a Sevilla y no escuchar a Alfonso Guerra desconsuela. Pero allí estaba, sentado; le dio un abrazo Zapatero, y luego se sentó otra vez, a escuchar. Su papel quiso hacerlo Chaves pero el papel de Guerra es tan definido, tan inimitable, que Chaves sólo lo puede insinuar; dibuja el cuadro, pero no lo colorea. Dijo algunas cosas el presidente de la Junta de Andalucía contra el PP -son "integristas", hay que hacerles perder "hasta que aprendan a perder"- que parecen el ensayo general de un tono que el PSOE aún no ha asumido. ¿Mano dura? Se la guarda, aún. Unos gemelos estudiantes de Derecho, l...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Venir a Sevilla y no escuchar a Alfonso Guerra desconsuela. Pero allí estaba, sentado; le dio un abrazo Zapatero, y luego se sentó otra vez, a escuchar. Su papel quiso hacerlo Chaves pero el papel de Guerra es tan definido, tan inimitable, que Chaves sólo lo puede insinuar; dibuja el cuadro, pero no lo colorea. Dijo algunas cosas el presidente de la Junta de Andalucía contra el PP -son "integristas", hay que hacerles perder "hasta que aprendan a perder"- que parecen el ensayo general de un tono que el PSOE aún no ha asumido. ¿Mano dura? Se la guarda, aún. Unos gemelos estudiantes de Derecho, los dos del PSOE, nos dijeron después del mitin: "Zapatero tiene que ser más agresivo". No lo fue, lo fue Chaves; acaso el andaluz está abriendo la brecha por la que se subirá el tono si la participación se resiste. Alguna vez Zapatero trincó la boca, con ese gesto de cabreo ZP, cuando recordó la guerra de Irak, y su decisión de dejar a Bush colgado.

Más información

Aznar salió una vez a relucir, y Rajoy casi no existió. Él cree que Rajoy se quedó sin contenido. "Ya no tiene el de la España rota". Y se le pinchó la economía. Al principió ZP exhibió a Felipe como quien anuncia un fichaje; "por ahí anda sudando la camiseta". Después de lo que parecía un distanciamiento insalvable pero discreto, el presidente exhibe al ex presidente como un trofeo. Es curioso, el fichaje de Rajoy fue Pizarro, y ahora Pizarro -"el rico", así le llamaron los teloneros de ZP; aquí hay otro Pizarro, Luis Pizarro, pero éste socialista- parece un fichaje del PSOE. Como Cañete, "el de la manteca colorá".

El PP es como Garbancito, ha ido dejando huellas indeseables y los socialistas las pisan, implacables. Solbes "fundió" a Pizarro "en cinco minutos"; les dará para mucho. ¿Cómo lo venció? "Con humildad", es decir "con humildaz". "Ganó porque no mintió". Eso lo tenía preparado, quizá para la tele, porque en las alertas de la campaña venía antes de que hablara: "Mensajes ZP: Solbes ganó pq dijo la verdad", decía el mensaje del móvil.

¿Y Cañete? Cañete es un filón, sobre todo en Andalucía. Nunca una mamografía había costado tan cara en la estrategia de un partido. Los socialistas están exultantes con Solbes. Solbes es Messi, o Ronaldinho. Lo habían retratado como un jugador lesionado, como el Ronaldinho de los peores tiempos, y resucita en las narices de la gran esperanza económica popular. Ahora es Messi, dispuesto a jugar cualquier partido, decía Zapatero. "Está hecho un brazo de mar". Zapatero lo dice levantando las cejas, como si fuera su preparador físico, feliz de haberlo recuperado para la liga.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En