Y la burbuja pinchó
La vivienda ya no se encarece a ritmo desorbitado, pero su acceso es todavía difícil
2007 será recordado como el año en el que los españoles nos dimos cuenta de que los pisos no pueden revalorizarse hasta el infinito para siempre. Una legislatura que comenzó con un crecimiento de los precios superior al 17% terminará con una subida del 4,8%, tan sólo seis décimas por encima de la inflación. Con este último dato, el Gobierno que se inventó un Ministerio de Vivienda canta victoria, pero los expertos le recuerdan que la moderación responde sobre todo a la saturación de un mercado con exceso de oferta. Los precios crecen ahora a ritmos razonables, sí; pero el encarecimiento de las...
2007 será recordado como el año en el que los españoles nos dimos cuenta de que los pisos no pueden revalorizarse hasta el infinito para siempre. Una legislatura que comenzó con un crecimiento de los precios superior al 17% terminará con una subida del 4,8%, tan sólo seis décimas por encima de la inflación. Con este último dato, el Gobierno que se inventó un Ministerio de Vivienda canta victoria, pero los expertos le recuerdan que la moderación responde sobre todo a la saturación de un mercado con exceso de oferta. Los precios crecen ahora a ritmos razonables, sí; pero el encarecimiento de las hipotecas ha dejado a muchas familias asfixiadas por las facturas, y los españoles siguen apuntando a la vivienda como uno de sus mayores problemas. Exactamente, el cuarto, según el último barómetro del CIS.