Condenados por pintar grafitos en un muro que iba a derribarse

La juez impone una multa de 411 euros y trabajos para la comunidad

"No estábamos haciendo nada. Los mismos vecinos nos habían dicho que podíamos pintar el muro porque lo iban a tirar al poco tiempo". Así se justificaba Alfonso Salvador F. P., un vecino de San Fernando de Henares de 22 años, al conocer que había sido condenado. Hace un año, Sito (como es conocido por sus amigos) estaba junto con otros amigos en el centro de Coslada haciendo una pintada cuando fue detenido por la Policía Local. Una de las inculpadas estaba grabando con una videocámara a sus amigos.

La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Coslada, Gemma Dolores Solé Mora, ha dic...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

"No estábamos haciendo nada. Los mismos vecinos nos habían dicho que podíamos pintar el muro porque lo iban a tirar al poco tiempo". Así se justificaba Alfonso Salvador F. P., un vecino de San Fernando de Henares de 22 años, al conocer que había sido condenado. Hace un año, Sito (como es conocido por sus amigos) estaba junto con otros amigos en el centro de Coslada haciendo una pintada cuando fue detenido por la Policía Local. Una de las inculpadas estaba grabando con una videocámara a sus amigos.

La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Coslada, Gemma Dolores Solé Mora, ha dictado una sentencia en la que condena a Sito y a Aitor L. P., ambos de 22 años, a cuatro días de localización permanente o seis días de trabajos en beneficio de la comunidad por una falta de deslucimiento de bienes inmuebles. Además, deberán pagar una multa de 411 euros por los daños ocasionados.

En el caso de Alba S. M., de 20 años, que era la persona que estaba grabando los hechos, la pena baja a dos días de localización permanente o tres de trabajos para la comunidad. El cuarto inculpado, José Antonio C. G., de 22 años, tiene mayor condena (seis días de localización) por ser reincidente. Los condenados pueden recurrir el fallo. Los hechos ocurrieron a las 23.20 del 4 de enero de 2007. Los cuatro condenados, junto con otros amigos, pintaban un graffiti en la calle de Argentina, cuando se acercaron dos policías locales de paisano. Los agentes les dieron el alto y los grafiteros salieron corriendo. En la huida, uno de ellos saltó sobre un vehículo aparcado y le ocasionó importantes destrozos. La policía se incautó de 10 botes de pintura.

Naves abandonadas

"Siempre cogemos sitios en los que no se moleste, como fábricas abandonadas o casas en ruinas. Intentamos no molestar a nadie", explica Sito, un mozo de almacén, que ahora está en paro. "No vamos mucho a hacer pintadas. Siempre quedamos entre nosotros por teléfono y pueden pasar meses sin hacerlas", añade. La última, una nave de Mejorada del Campo. Y de eso ya hace un mes y medio. "Nos gustan más las letras que grandes dibujos, pero hacemos de todo", añade.

"No estoy de acuerdo con la sentencia. No hacíamos nada y ese muro lo tiraron al poco tiempo. Había muchas más pintadas, algunas de ellas posteriores a la nuestra, y nos las quieren meter todas a nosotros", protesta Sito, que reconoce que no le importaría limpiar pintadas si así lo determina la juez.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sobre la firma

Archivado En