Los fondos estatales se defienden

El Foro Mundial de Davos vivió ayer con sentimientos agridulces un debate sobre los llamados fondos soberanos, los gigantescos fondos de inversión estatales, mayoritariamente de países ricos en gas y petróleo, que se están convirtiendo en una herramienta decisiva. De la misma manera que la reciente inyección de 20.000 millones de dólares (13.732 millones de euros) en Merrill Lynch y Citibank ha sido clave para estos bancos, su capacidad de influir en las finanzas mundiales causa reticencias en Estados Unidos y Europa. "Cuando las economías desarrolladas entraban en los mercados y compraban ind...

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El Foro Mundial de Davos vivió ayer con sentimientos agridulces un debate sobre los llamados fondos soberanos, los gigantescos fondos de inversión estatales, mayoritariamente de países ricos en gas y petróleo, que se están convirtiendo en una herramienta decisiva. De la misma manera que la reciente inyección de 20.000 millones de dólares (13.732 millones de euros) en Merrill Lynch y Citibank ha sido clave para estos bancos, su capacidad de influir en las finanzas mundiales causa reticencias en Estados Unidos y Europa. "Cuando las economías desarrolladas entraban en los mercados y compraban industrias, nadie hablaba de restricciones al capital", se quejó el ministro de Finanzas ruso, Alexéi Kudrin, que se opuso a esas restricciones y las calificó de "políticas".

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Richard Fuld, consejero delegado de la compañía Lehman Brothers, explicó que los fondos soberanos "añaden liquidez y reducen volatilidad" y estimó que en la actualidad manejan 2,5 billones de dólares (1,7 billones de euros) y esa cifra se multiplicará por cinco por el aumento de los precios energéticos. El problema es que el 70% de los fondos está dominado por cinco países: Rusia, China, Kuwait, Singapur, Noruega y Emiratos Árabes.

Larry Summers, ex secretario del Tesoro de EE UU, defendió la idea del G-7 de que los propios fondos se impongan un código deontológico. Deberían comprometerse, por ejemplo, a no especular con divisas o a no utilizarlos políticamente. Bader al Saad, presidente y consejero delegado de la Kuwait Investment Authority (KIA), subrayó que Kuwait lleva "50 años utilizándolos, sin problemas". "Somos socios, pero sin voto", explicó. Mohamed al Passer, vicegobernador de la Agencia Monetaria de Arabia Saudí, defendió su "papel estabilizador" y la ministra noruega de Finanzas, Kristin Halvorsen, destacó que en su país están controlados por el Parlamento.

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