Contencioso por una obra

Guipúzcoa y la empresa adjudicataria polemizan por el derrumbe de un túnel en la retrasada Eibar-Vitoria

Los contratiempos no dejan de marcar la construcción de la autopista Eibar-Vitoria (AP-1) a su paso por Guipúzcoa. El último se produjo el pasado 5 de diciembre y podría terminar incluso en los juzgados, ya que la dirección de obra de la Diputación y la empresa adjudicataria discrepan sobre las causas del derrumbe de parte del túnel de Zarimutz, en Eskoriatza.

Para ese día, el túnel, de 420 metros de largo, ya se hallaba perforado y pendiente del recubrimiento de hormigón. Antes de iniciar esta labor, la dirección de obra constató que la altura en los primeros diez metros de la boca sur...

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Los contratiempos no dejan de marcar la construcción de la autopista Eibar-Vitoria (AP-1) a su paso por Guipúzcoa. El último se produjo el pasado 5 de diciembre y podría terminar incluso en los juzgados, ya que la dirección de obra de la Diputación y la empresa adjudicataria discrepan sobre las causas del derrumbe de parte del túnel de Zarimutz, en Eskoriatza.

La institución foral se niega a asumir el sobrecoste por el desprendimiento

Para ese día, el túnel, de 420 metros de largo, ya se hallaba perforado y pendiente del recubrimiento de hormigón. Antes de iniciar esta labor, la dirección de obra constató que la altura en los primeros diez metros de la boca sur no resultaba suficiente para garantizar el gálibo, según explicó ayer el diputado de Infraestructuras Viarias, Eneko Goia, en las Juntas Generales a petición de los grupos de la oposición.

A fin de alcanzar la altura precisa, el 4 de diciembre la empresa inició los trabajos de repicado de la piedra para rectificar la sección del túnel. Al día siguiente se produjo el desprendimiento. Y aquí surge el conflicto. La dirección de obra sostiene que la adjudicataria "no respetó" el procedimiento de ejecución, que debía hacerse "metro a metro". La firma, en cambio, alude a las "dificultades" del terreno.

La Diputación espera contar "en menos de dos meses" con una solución para reconstruir el túnel, que podría ganar unos metros. Goia subrayó que la institución foral no asumirá el sobrecoste derivado del desprendimiento y se "empeñará" en que no motive un nuevo retraso en las ya atrasadas obras. Su conclusión está prevista ahora para finales de este año.

Este suceso engrosa una lista de accidentes que incluye el derrumbe de tres piezas de hormigón en el viaducto de Larreategi en 2003, el derrumbe del túnel de Ikastaundi ese mismo año, un fallo en unas voladuras realizadas en Mondragón en 2004 y anomalías geológicas en el túnel de Isuzkitza.

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