La CALLE | Rutas

Al pie del Pedraforca

El Pedraforca es una de las montañas más emblemáticas de Cataluña y mítica de los escaladores. De las dos cimas, a la superior, de 2.497 metros, sólo se puede acceder escalando; el Calderer, de 2.400 metros, es el que visitan los excursionistas que ascienden la montaña a pie. En esta ocasión no se trata de coronar la cumbre de la legendaria montaña. Este itinerario, apto para toda la familia, nos permite una aproximación fácil al macizo. Se caminará por una cómoda pista en medio de un bosque de pino rojo y con el privilegio de contemplar con detalle las rocas de la espectacular pared norte del...

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El Pedraforca es una de las montañas más emblemáticas de Cataluña y mítica de los escaladores. De las dos cimas, a la superior, de 2.497 metros, sólo se puede acceder escalando; el Calderer, de 2.400 metros, es el que visitan los excursionistas que ascienden la montaña a pie. En esta ocasión no se trata de coronar la cumbre de la legendaria montaña. Este itinerario, apto para toda la familia, nos permite una aproximación fácil al macizo. Se caminará por una cómoda pista en medio de un bosque de pino rojo y con el privilegio de contemplar con detalle las rocas de la espectacular pared norte del Pedraforca. Hablar del Pedraforca es hablar de escalada, en mayúscula, y de la historia de la escalada catalana.

El macizo del Pedraforca está situado al noroeste de la comarca del Berguedà. Se puede acceder a él a través de la carretera B-400, que parte de Collet. También a través de la carretera que cruza Tuixén, Josa de Cadí y Gósol (C-563). Antes de llegar a Saldes, un indicador nos señala la dirección al mirador de Gresolet y el refugio de Lluís Estasen. Se trata de un mirador que queda literalmente colgado de un peñasco y desde donde, en un día claro, se disfruta de un paisaje espectacular. Es el punto de partida de la ruta que nos llevará al Collell, el final del camino, un paseo de unas dos horas.

En el refugio de Estasen, el caminante se deleita con una vista panorámica de la pared norte del Pedraforca y al mismo tiempo del bosque de pino rojo y de los prados del valle. Cuentan que de los infinitos tréboles que cubren la alfombra verde se puede encontrar alguno de cuatro hojas.

Desde el refugio, un pequeño camino desciende hacia una pista bien señalizada. La pista sigue los relieves de la montaña en un suave ascenso hacia el collado del Pi Ajagut. En este mirador se observa con más detalle la arquitectura de la pared norte del Pedraforca. Un corto descenso desde el collado nos situará en el punto del recorrido final, el Collell. En este último tramo desaparece la vista de la pared norte de la montaña, pero en cambio aparece el largo valle del torrente de Les Mulleres, que vierte sus aguas justo delante del santuario de Gresolet.

- Observación: Hay que ir preparado con vestimenta de abrigo por los cambios de tiempo.

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