Touriño descarta que su salida de la Cámara para no votar abra una crisis

Quintana recuerda que la fortaleza del bipartito es la unidad en las votaciones

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, volvió a defender ayer su decisión de no respaldar con su voto el dictamen sobre la Cidade da Cultura en la creencia de que "el Parlamento está para hacer política" y que "los expedientes judiciales se instruyen desde otro poder del Estado".

El jefe del Ejecutivo gallego explicó así al término del Consello su ausencia del pleno en la votación que llevó al grupo parlamentario socialista -que él mismo preside- y a sus socios del BNG en la Xunta, a aprobar el dictamen de la Comisión de Investigación que fiscalizó la Cidade da Cultura y que r...

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El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, volvió a defender ayer su decisión de no respaldar con su voto el dictamen sobre la Cidade da Cultura en la creencia de que "el Parlamento está para hacer política" y que "los expedientes judiciales se instruyen desde otro poder del Estado".

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El jefe del Ejecutivo gallego explicó así al término del Consello su ausencia del pleno en la votación que llevó al grupo parlamentario socialista -que él mismo preside- y a sus socios del BNG en la Xunta, a aprobar el dictamen de la Comisión de Investigación que fiscalizó la Cidade da Cultura y que recomienda remitir al fiscal las irregularidades cometidas por el anterior Gobierno del PP en la tramitación de la obra.

Touriño, que el jueves se salió de la Cámara en el momento de votar, argumento ayer que "el presidente en las cuestiones relevantes, en las que está comprometido ante los ciudadanos, no se siente atado por nada que no sea su compromiso de lealtad con los ciudadanos". Pese a que el dictamen finalmente fue aprobado con los votos de su partido y del BNG, el presidente de la Xunta negó que existiese "discordancia o algún tipo de crisis".

"Hay una posición del presidente, con todo el derecho para ejercerla, y otra de los grupos que deriva de la dinámica propia del trabajo del Parlamento", concluyó. Por eso "no hay contradicción ni ningún tipo de problema". El presidente gallego no quiso precisar si hubiese actuado de la misma manera de ser imprescindible su voto para aprobar el dictamen (en el pleno del jueves faltaban cuatro diputados del PP, lo que garantizaba la aprobación del texto a pesar de su ausencia) y se limitó a decir que el presidente siempre "colocará sus principios por encima del todo".

Actuar en consecuencia

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Touriño insistió en que "no se debe judicializar la vida política, en consonancia con la tradición democrática del grupo socialista", pero al mismo tiempo se mostró comprensivo con el respaldo del grupo socialista a la decisión de enviar el dictamen al fiscal. "Es fácil entender que, en la dinámica de trabajo del Parlamento, se puede llegar a un punto en el que un grupo parlamentario está obligado a un acuerdo". "En esa situación, el grupo actúa en consecuencia".

No obstante, el presidente subrayó que su papel no es intercambiable con el de los demás parlamentarios, por lo que descarta que los diputados se sientan ahora con derecho a discrepar cuando no estén de acuerdo con una votación. "Hay un presidente que tiene y criterio y lo aplica", destacó. Touriño admitió que la cuestión de enviar el dictamen a la fiscalía fue objeto de debate y sugirió que su opinión era compartida por "gente muy relevante en este país" (fuentes de la Presidencia sostiene que el vicepresidente Anxo Quintana estaba de acuerdo).

El presidente rehuyó en todo caso comentar las declaraciones en las que Quintana recordó que "la fortaleza del bipartito gallego es la unidad en sus votaciones". El vicepresidente de la Xunta recordó en ese punto que durante los más de dos años de coalición en la Xunta "invariablemente los 38 votos de la mayoría en el Parlamento gallego sirvieron para dar estabilidad al Gobierno". A renglón seguido, optó por no valorar el gesto Touriño: "Es mi presidente y todas sus decisiones las contemplo con respeto", afirmó.

Tras mencionar su experiencia en otras cámaras parlamentarias con gobiernos sin una mayoría "holgada y estable" y la dificultad de ganar votaciones, Quintana recalcó que como "una de las fortalezas" que tuvo hasta ahora el bipartito es "que invariablemente los 38 votos de la mayoría sirvieron para dar estabilidad al Gobierno". "Creo que debemos fijarnos como reto en el futuro que eso siga siendo así, porque la acción de gobierno descansa, entre otras cosas, en la mayoría estable que ostenta en el Parlamento", sentenció.

Quintana quiso evitar manifestar su interpretación sobre lo sucedido porque, según reconoció, aunque estaría "dentro de la normalidad, se podría entender como una controversia con el presidente", que no quiere establecer. "Creo que uno de mis cometidos como vicepresidente es asegurar y trabajar para que el Gobierno tenga estabilidad y la sustente en una mayoría parlamentaria sólida", justificó, al tiempo que aludió a que "cree" que "eso es lo que quieren los ciudadanos".

En la relación entre PSdeG y BNG en el ámbito parlamentario destacó que "como es lógico" en multitud de ocasiones existen "opiniones personales que podrían puntualizar muchas de las decisiones adoptadas", pero defendió que "es importante siempre hacer un esfuerzo por sustentar esa mayoría". Quintana aprovechó para desvincular sus futuras decisiones y actitudes de lo hecho ayer por Touriño, porque volvió a insistir en su "respeto". El vicepresidente repitió que la unanimidad de los diputados que sustentan el bipartito se produjo en los últimos años y es "positiva y buena, lo que quieren los ciudadanos y un síntoma de la fortaleza del Gobierno".

Añadió Quintana que el BNG y él mismo entienden que hay un compromiso con los ciudadanos, que votaron para que Galicia tuviesen un Gobierno de coalición. "Compromiso que vamos a mantener", precisó.

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