Cartas al director

Luis G. Iberni

Ha muerto Luis G. Iberni. Fuimos alumnos suyos en la Universidad Complutense de Madrid. Todo lo que sabemos de música se lo debemos a él. Cada mañana, llegaba con una ilusión contagiosa diez minutos antes de empezar la clase. Tocaba el piano mientras nos íbamos sentando, casi siempre algo de Beethoven, al que adoraba (especialmente el concierto Emperador) y, a las ocho y media, daba comienzo su intervención: el bajo continuo, Bach, los modos mayor y menor o el paso a dos se mezclaban con Justin Timberlake, las baterías de heavy metal y sus experiencias con ciertas divas. Al termi...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Ha muerto Luis G. Iberni. Fuimos alumnos suyos en la Universidad Complutense de Madrid. Todo lo que sabemos de música se lo debemos a él. Cada mañana, llegaba con una ilusión contagiosa diez minutos antes de empezar la clase. Tocaba el piano mientras nos íbamos sentando, casi siempre algo de Beethoven, al que adoraba (especialmente el concierto Emperador) y, a las ocho y media, daba comienzo su intervención: el bajo continuo, Bach, los modos mayor y menor o el paso a dos se mezclaban con Justin Timberlake, las baterías de heavy metal y sus experiencias con ciertas divas. Al terminar, nos repartía entradas del teatro de la Zarzuela, del Auditorio Nacional o del Real.

Tras los conciertos, se quedaba siempre tomando algo con nosotros, animándonos a desarrollar nuestras vidas, nuestros proyectos. Nos despedíamos y a la mañana siguiente volvía a estar en la banqueta del piano. Diez minutos antes. Te echamos de menos.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En