La Diputación orensana pierde la biblioteca que donó un particular

La Diputación de Ourense ha perdido la biblioteca que albergaba el Pazo de Vilamarín y que le fue donada al organismo provincial hace 13 años por un particular de Manzaneda, propietario de la Casa da Pena. El grupo provincial del BNG sostiene que el material bibliográfico desaparecido ocupaba 25 cajas de embalaje, pero ni los responsables de la biblioteca de la Diputación ni el presidente de la institución, José Luis Baltar, conocen su paradero, según puso éste de manifiesto en comisión informativa, a preguntas de los representantes nacionalistas. El propietario de la biblioteca ha reclamado a...

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La Diputación de Ourense ha perdido la biblioteca que albergaba el Pazo de Vilamarín y que le fue donada al organismo provincial hace 13 años por un particular de Manzaneda, propietario de la Casa da Pena. El grupo provincial del BNG sostiene que el material bibliográfico desaparecido ocupaba 25 cajas de embalaje, pero ni los responsables de la biblioteca de la Diputación ni el presidente de la institución, José Luis Baltar, conocen su paradero, según puso éste de manifiesto en comisión informativa, a preguntas de los representantes nacionalistas. El propietario de la biblioteca ha reclamado ahora su devolución.

Los diputados del BNG demandan de la institución provincial la elaboración inmediata de un inventario de bienes de la biblioteca, considerando el importante legado del que dispone. Entre otras publicaciones, alberga la colección completa de la revista La Zarpa, editada en Ourense entre 1921 y 1936 y dirigida por el cura agrarista Basilio Álvarez; las bibliotecas personales de Blanco Amor, Xosé Ramón Fernández Oxea Ben-Cho-Sey; Xaquín Lorenzo, Xocas; Vicente Risco y una parte importante de la de Otero Pedrayo. Además, tiene destacados fondos documentales, como un ejemplar de Theatri orbis terrarum, del holandés Abraham Ortelio, en edición italiana de 1642, o Fundación, antigüedad y progreso del Imperial Monasterio de Nuestra Señora de Osera, de Tomás Peralta, de 1677. La oposición se pregunta si los fondos bibliográficos que custodia la institución están a buen recaudo y exige un informe detallado al respecto.

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