Un hombre mata a golpes a una anciana en un geriátrico

El agresor esperaba en el centro de Córdoba su ingreso en un psiquiátrico

Purificación, una anciana de 88 años que vivía en una residencia de ancianos de Córdoba, falleció el miércoles por los fuertes golpes que recibió en la cabeza mientras dormía. El supuesto agresor fue un compañero del geriátrico que padecía trastornos mentales y que estaba alojado temporalmente en la habitación contigua a la espera de ser trasladado a un centro psiquiátrico. La víctima y el atacante, Antonio M. C. de 59 años, no se conocían. Nunca habían cruzado una palabra. El acusado declara hoy ante el juez de guardia.

Todo ocurrió en siete minutos. Entre las 4.13 y las 4.20 de la mad...

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Purificación, una anciana de 88 años que vivía en una residencia de ancianos de Córdoba, falleció el miércoles por los fuertes golpes que recibió en la cabeza mientras dormía. El supuesto agresor fue un compañero del geriátrico que padecía trastornos mentales y que estaba alojado temporalmente en la habitación contigua a la espera de ser trasladado a un centro psiquiátrico. La víctima y el atacante, Antonio M. C. de 59 años, no se conocían. Nunca habían cruzado una palabra. El acusado declara hoy ante el juez de guardia.

Todo ocurrió en siete minutos. Entre las 4.13 y las 4.20 de la madrugada, señaló ayer Miguel Peláez, director de la residencia El Yate. Según su versión, Antonio consiguió zafarse de las correas que lo mantenían sujeto a la cama y se introdujo en la habitación de Purificación, quien padecía un alzheimer en estado "muy avanzado" y estaba en fase terminal.

Antonio golpeó con fuerza la cabeza de la anciana, quien falleció horas más tarde en un centro hospitalario de Córdoba. Cuando una de las trabajadoras de la residencia encontró al presunto agresor, éste llevaba en la mano una zapatilla de paño ensangrentada.

Antonio estaba ingresado de forma temporal en la residencia y ocupaba una de las plazas concertadas por la Junta de Andalucía. Sus problemas mentales los había desencadenado su adicción al alcohol, según Peláez. Antes de entrar en el centro, Antonio ejercía la mendicidad por las calles de la ciudad. Pero el Juzgado número 3 de Familia de Córdoba ordenó su internamiento como una medida de urgencia social. La residencia estaba a la espera de recibir el visto bueno para trasladar al agresor a un centro psicogeriátrico. La notificación oficial para el ingreso llegó ayer, según señaló Peláez.

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