Reportaje:Emprendedores

Innovar por cuenta ajena

Bizintek elabora proyectos de I+D para sus clientes

Premio a la empresa innovadora en el Concurso de Iniciativas Empresariales Nueva Empresa Vasca, Bizintek Innova no es una compañía al uso. Primero, porque sus propietarios, Íñigo Sobradillo y Daniel del Río, tienen sólo 26 años y ya venden sus productos en el mercado latinoamericano, y, segundo, porque estos dos ingenieros en telecomunicaciones decidieron levantar su proyecto empresarial sobre una curiosa premisa: ser el departamento I+D de compañías que no necesiten, permanentemente, de un departamento de investigación ("firmas a las que suponga un gasto demasiado grande dedicar dinero y pers...

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Premio a la empresa innovadora en el Concurso de Iniciativas Empresariales Nueva Empresa Vasca, Bizintek Innova no es una compañía al uso. Primero, porque sus propietarios, Íñigo Sobradillo y Daniel del Río, tienen sólo 26 años y ya venden sus productos en el mercado latinoamericano, y, segundo, porque estos dos ingenieros en telecomunicaciones decidieron levantar su proyecto empresarial sobre una curiosa premisa: ser el departamento I+D de compañías que no necesiten, permanentemente, de un departamento de investigación ("firmas a las que suponga un gasto demasiado grande dedicar dinero y personas a esta labor. Aunque, si es el caso, también podemos formar el personal que pueda necesitar el cliente", explican los empresarios galardonados).

"Queremos acercar a la empresa la posibilidad de innovar. Queremos ser el departamento de I+D para sus productos y procesos"
"Estamos obligados a entrar en todos los campos y a tener soluciones para todas las necesidades que le puedan surgir al cliente", señalan

Desde la búsqueda de soluciones al problema planteado a la materialización del proceso industrial, pasando por la elaboración de diseños y desarrollo de prototipos, agregan, "queremos acercar a las empresas la posibilidad de innovar, configurándonos como su departamento de I+D para crear, diseñar, mejorar e innovar sus productos y procesos. Queremos ser una empresa especializada en el desarrollo de producto electrónico ofreciendo un servicio integral".

La sede de Bizintek se encuentra en un paraje singular, a las afueras de Barakaldo, con el río Nervión fluyendo próximo y la última luz de la tarde entrando por los ventanales de un histórico edificio adaptado a un nuevo uso: la vieja central eléctrica de los desmantelados Altos Hornos. Este lugar, reformado y rehabilitado con fondos de la diputación foral de Bizkaia y del Gobierno vasco, acoge la sede de Cedemi SA, una empresa pública que tiene como finalidad apoyar iniciativas innovadoras en la margen izquierda.

Espacio en el que reina el orden y la pulcritud, en las oficinas y talleres de Bizintek, nueve personas, todos ingenieros recién salidos de la universidad, se afanan en buscar soluciones para los clientes de la compañía. "Les surgen necesidades y nosotros desarrollamos una solución a su medida", señalan.

La juventud de la plantilla, cuestión de ahorro de costes aparte, coincide con la mentalidad versátil con la que nació esta empresa. "Alguien con experiencia y años de carrera tiene sus propios tics, hábitos... y nosotros buscamos gente que no tenga miedo a los cambios; a profesionales que, si un día están haciendo el desarrollo electrónico de un juguete, no les importe pasar, a la mañana siguiente, a trabajar en electrónica para medicina", explican.

Y es que una gran compañía puede tener su departamento de óptica, lo que liberará a sus ingenieros electrónicos de saber cómo se hace una lente... pero una empresa como Bizintek no puede permitirse el lujo de actuar así. "Nosotros nos vemos obligados a entrar en todos los campos", dicen, "y a tener soluciones para todas las necesidades que le puedan surgir a nuestros clientes".

Bizintek también desarrolla productos propios, como es el caso del Moway. "Es un pequeño robot que, creemos, puede resultar de gran utilidad para que alumnos de universidades o centros de formación profesional puedan aprender a programar", explican. La idea es que el estudiante, con este producto, tenga ya resuelto el desarrollo mecánico y electrónico y "que sólo tenga que preocuparse del software, de programar el robot".

Un desarrollo a mayor escala del pequeño ingenio también puede servir de base para otros usos, agregan, "basta con adaptar al chasis utensilios que permitan convertir a Moway en cortacésped, aspirador...".

Clientes fieles

Así, cargados de argumentos que hablan de juventud e ilusión, pero también de experiencia y conocimientos, Iñigo y Daniel ofrecen su proyecto a compañías con la que poder seguir tejiendo su sueño: seguir la estela de Ideo, la multinacional norteamericana de desarrollo de producto.

"Nos interesan clientes que quieran permanecer bastante tiempo con nosotros, con los que podamos crecer en personal y proyectos, con quienes poder crecer y lanzar nuevos productos", precisan los empresarios.

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