Touriño cree que el PP ha entrado en una "espiral nacionalista"

El presidente descarta que Villar Mir retrase el AVE por la mina de Serrabal

Emilio Pérez Touriño expuso ayer en Madrid, frente a un grupo de empresarios y políticos reunido por el foro Nueva Economía, su visión de la situación política española y gallega. Para el presidente de la Xunta, el debate territorial se ha convertido en un "griterío irracional" en el que hay dos culpables: algunos nacionalistas extremos, pero sobre todo el PP. Touriño fue uno de los pocos dirigentes políticos socialistas que se atrevió ayer a definir al PP como un partido nacionalista español.

"El PP y los partidos nacionalistas con planteamientos más radicalizados no han hecho sino pon...

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Emilio Pérez Touriño expuso ayer en Madrid, frente a un grupo de empresarios y políticos reunido por el foro Nueva Economía, su visión de la situación política española y gallega. Para el presidente de la Xunta, el debate territorial se ha convertido en un "griterío irracional" en el que hay dos culpables: algunos nacionalistas extremos, pero sobre todo el PP. Touriño fue uno de los pocos dirigentes políticos socialistas que se atrevió ayer a definir al PP como un partido nacionalista español.

"El PP y los partidos nacionalistas con planteamientos más radicalizados no han hecho sino poner de manifiesto en estos cuatro años su profunda incomprensión de la auténtica naturaleza del Estado autonómico y del espíritu que motivó su incorporación al texto constitucional", señaló Touriño. "Pero lo más sorprendente y lo más grave es que el PP se haya dejado contagiar por estos anacronismos y haya entrado de lleno en una espiral nacionalista que tiene como principal efecto alimentar, engordar y dar pábulo a las posiciones de los nacionalismos periféricos más radicalizados", insistió. El presidente de la Xunta no dio nombres de estos últimos, pero en todo momento dejó claro que entre ellos no incluía a sus socios de Gobierno, el BNG.

Entre los empresarios más conocidos presentes en la sala estaban el presidente de Acciona, Juan Ignacio Entrecanales, y el de Tragsa, Rafael Jaén Bergara. Además, el Gobierno estaba representado por los dos ministros gallegos, el de Cultura, César Antonio Molina, y la de Pesca, Elena Espinosa, además del secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda.

En el coloquio, algunas de las preguntas fueron precisamente sobre la relación del Ejecutivo con determinadas empresas. Al contrario de lo que ha afirmado la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, Touriño descartó que la empresa OHL esté "presionando" al Gobierno con las obras del AVE a Cataluña para "lograr una contrapartida" con la indemnización de la mina gallega de Serrabal. "En ningún caso puedo ni quiero creer que haya un comportamiento empresarial de presión al Gobierno para lograr una contrapartida. Confío en que la madurez de las compañías implicadas evite que sea así", explicó. Sin embargo, Touriño admitió que la expropiación de la cantera de cuarzo de Boqueixón por la que se prevé la conexión de alta velocidad con Madrid es un "pequeño dolor de muelas que a uno viene de vez en cuando", a raíz de la decisión del Gobierno de Aznar de que el trazado pase por la cantera de cuarzo. El empresario Juan Miguel Villar Mir, dueño de OHL, pide 250 millones como compensación.

Touriño también se refirió a la polémica por el voto emigrante. Admitió que probablemente "no tiene sentido" que los nietos de emigrantes que accedan a la nacionalidad española tras la reforma legal aprobada la semana pasada puedan decidir quién es el alcalde de un municipio. En su opinión, Galicia tendrá que abrir pronto un "debate sereno" sobre esta cuestión. El presidente señaló en cualquier caso que su prioridad de momento es que los emigrantes voten en urna.

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