Reportaje:

Sacesa busca un nuevo plan

La compañía amplía socios para convertirse en líder de la industria aeronáutica auxiliar

El Power 8 de Airbus ha sido la excusa perfecta. El diseño aeronáutico andaluz amplía horizontes ante la decisión del gigante aeronáutico de externalizar su producción de aviones a un grupo de empresas. Sacesa ha iniciado el camino para convertirse en una tier one, una empresa auxiliar líder del país que acoja proyectos completos de los grandes constructores aeronáuticos.

La empresa andaluza ubicada en el sevillano polígono Aeropuerto de San Pablo ha ampliado fronteras societarias incorporando dos nuevos socios: Ficosa, que le aportará el músculo financiero procedente del ...

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El Power 8 de Airbus ha sido la excusa perfecta. El diseño aeronáutico andaluz amplía horizontes ante la decisión del gigante aeronáutico de externalizar su producción de aviones a un grupo de empresas. Sacesa ha iniciado el camino para convertirse en una tier one, una empresa auxiliar líder del país que acoja proyectos completos de los grandes constructores aeronáuticos.

Ficosa y Alcor, en unión de IDEA, la agencia andaluza de I+D, crearán una sociedad que contará con el 51% del capital de Sacesa

La empresa andaluza ubicada en el sevillano polígono Aeropuerto de San Pablo ha ampliado fronteras societarias incorporando dos nuevos socios: Ficosa, que le aportará el músculo financiero procedente del sector de la automoción, y Alcor, el grupo vasco que aportará la tecnología y experiencia en el sector. La nueva Sacesa está a punto de presentar un nuevo proyecto industrial que reforzará el repunte del sector en Andalucía, hoy por delante de polos tradicionales como Cataluña o el País Vasco.

La entrada de Ficosa y Alcor en Sacesa está ya en las mesas de los notarios. Ambas sociedades, en unión de IDEA, la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía, crearán una nueva sociedad que contará con el 51% de Sacesa, y liderarán el proyecto industrial con el compromiso de arraigo andaluz. Todo deberá estar atado antes de que suenen las campanadas el próximo 31 de diciembre.

El acuerdo de ampliación de capital de Sacesa en 10 millones de euros, aprobado por la junta general de la aeronáutica del pasado 19 de septiembre, se vincula a la creación de una nueva sociedad con capacidad de contratar directamente con las industrias de cabecera del sector. Además del arraigo y del compromiso de contratar los suministros en suelo andaluz (en igualdad de condiciones), la nueva Sacesa realizará en Andalucía todos los desarrollos de I+D+i, así como toda la aplicación de la tecnología de fibra de carbono, que ya desarrollan tanto Sacesa como las siete filiales del Grupo Alcor localizadas en Vitoria-Gasteiz, Cádiz y Sevilla.

Además, la nueva Sacesa, dentro del esperado plan industrial, tiene previsto promover la creación en Sevilla de un Centro de Investigación y Desarrollo de Ingeniería de Estructuras Aeronáuticas. Otra pieza del engranaje que permitirá al sector andaluz completar el círculo iniciado con la construcción del gran parque industrial de Aerópolis -cuya ampliación una vez saturado el suelo inicial ya está en marcha-, la planta de ensamblaje del A-400M de EADS-CASA en Sevilla, y la escuela de pilotos para dicho avión, que acogerán las antiguas instalaciones del aeropuerto sevillano de San Pablo.

Polémica

El proceso para dar el salto no ha estado exento de polémica. Sacesa, o mejor dicho, la Junta de Andalucía, socio mayoritario a través de IDEA (42,48%) hasta ahora de la aeronáutica, ha tenido que luchar con la patronal andaluza para no convertir el proyecto en un conflicto de nacionalidades y exclusiones. Los empresarios andaluces han cuestionado la venta y acusado a la Junta de vender la joya de la corona aeronáutica andaluza al capital catalán y al vasco, con el añadido de que Alcor está participada por otro Gobierno autónomo, el del lehendakari Ibarretxe, con el 24,52% a través del fondo de capital riesgo Sustapen.

La Junta ha campeado el temporal ante la indecisión del empresariado andaluz y ante las buenas expectativas de inversión apuntadas por catalanes y vascos. El ruido, alimentado como serpiente veraniega, se apagó a la vuelta de vacaciones. La firma del acuerdo y las garantías ofrecidas por la Junta para que el negocio y el empleo permanezcan en territorio andaluz apagaron las críticas más duras de una patronal que amagó incluso con crear un conflicto institucional.

Pero la solidez del proyecto vasco-catalán era difícil de dejar escapar por la Junta, decidida a dar el salto cuantitativo por un lado, y abandonar el padrinazgo asumido en la época de crisis del sector. La multinacional de componentes para la automoción, presidida por Josep Maria Pujol, está decidida a ampliar su campo de acción. Especializada en la fabricación de retrovisores y piezas de automoción en sus 25 empresas esparcidas por Europa, América del Norte y del Sur y Asia, su facturación supera los 1.000 millones de euros. Para colmo, el proyecto de inmersión en el sector aeronáutico cuenta con el aliento del Gobierno catalán para que las cajas de ahorros de esa comunidad apuesten por proyectos industriales de futuro.

Por su parte, Alcor facturó 60 millones de euros en 2006 y obtuvo un beneficio antes de impuestos de 2,5 millones, algo que para sus rectores es insuficiente. "Ganamos dinero y podemos ganar más, pero necesitamos más fondos para financiar el crecimiento que esperamos", asegura Gaizka Grajales, presidente del grupo.

La alianza estaba sellada. Y aunque el importe del proyecto industrial de Sacesa sólo ha estado sujeto a la rumorología, fuentes cercanas a la operación la cifran en unos 200 millones de euros.

Un trabajador en las instalaciones sevillanas de la compañía Sacesa.

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