Cartas al director

La vida de nuestros hijos

Cada mañana, tras un fin de semana, nos desayunamos con las noticias de este y otros diarios sobre los muertos en las carreteras esa noche, esa madrugada, y cada vez los muertos son más jóvenes.

Este fin de semana tenían 15, 17 y 18 años. Los conductores tenían 18 y 19 años.

A esa edad, nuestros hijos conducen los coches de los padres, en muchas ocasiones coches potentes y de gran cilindrada. Y en los casos en que conducen sus propios coches, éstos son comprados por los padres. No es bueno que lleven coches viejos y sin seguridad, pero tampoco que lleven los coches más potentes d...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Cada mañana, tras un fin de semana, nos desayunamos con las noticias de este y otros diarios sobre los muertos en las carreteras esa noche, esa madrugada, y cada vez los muertos son más jóvenes.

Este fin de semana tenían 15, 17 y 18 años. Los conductores tenían 18 y 19 años.

A esa edad, nuestros hijos conducen los coches de los padres, en muchas ocasiones coches potentes y de gran cilindrada. Y en los casos en que conducen sus propios coches, éstos son comprados por los padres. No es bueno que lleven coches viejos y sin seguridad, pero tampoco que lleven los coches más potentes del mercado, cuando en muchos casos no pueden ni deben ir a más de 90 kilómetros por hora.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Una curva, el exceso de velocidad, la impericia, el alcohol, otras drogas, todo ello serán factores sobre los que, ya está claro, los padres no podremos hacer nada, por muchas advertencias que les hagamos. Pero sí podemos influir sobre el coche que ponemos en sus manos y cuándo. Si nos importa la vida de nuestros hijos, hagamos algo por ella. No demos facilidades para que cada fin de semana varias familias entierren a sus hijos, cada vez más jóvenes. Ya no es sólo cuestión de educación; es también una cuestión material. No pongamos en sus manos máquinas de matar para las que no están capacitados.

Es la vida de nuestros hijos, y a nosotros sí nos importan.

Archivado En