PALEONTOLOGÍA | Análisis de restos de hace más de 13.000 años

Pistas sobre los magdalenienses

Un estudio arroja nuevas luces sobre las formas de vida de los cazadores que hace entre 18.000 y 13.000 años ocuparon la Cueva del Mirón, situada en la localidad cántabra de Ramales de la Victoria y contemporánea de la cueva de Altamira.

El equipo de científicos, de centros españoles y de EE UU, ha resuelto un peculiar problema planteado. "El Mirón fue refugio de paso para grupos que viajaban buscando alimento" ha explicado Ana Belén Marín Arroyo, primera firmante del artículo, publicado en Journal of Archaeological Science. Los prehistoriadores han observado cómo los huesos de a...

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Un estudio arroja nuevas luces sobre las formas de vida de los cazadores que hace entre 18.000 y 13.000 años ocuparon la Cueva del Mirón, situada en la localidad cántabra de Ramales de la Victoria y contemporánea de la cueva de Altamira.

El equipo de científicos, de centros españoles y de EE UU, ha resuelto un peculiar problema planteado. "El Mirón fue refugio de paso para grupos que viajaban buscando alimento" ha explicado Ana Belén Marín Arroyo, primera firmante del artículo, publicado en Journal of Archaeological Science. Los prehistoriadores han observado cómo los huesos de animales abandonados en una zona de la excavación mantienen su color habitual, mientras que los del área interior del gran vestíbulo de la caverna aparecen ennegrecidos.

"Para identificar la causa de esta diferencia de coloración, de gran importancia para poder entender otras características del yacimiento, se ha desarrollado una compleja investigación que ha incorporado algunas de las técnicas analíticas más modernas", ha detallado Manuel González Morales, codirector del yacimiento.

Primero se comprobó que los huesos de ciervos, cabras, corzos, rebecos y pequeños carnívoros encontrados no estaban pintados ni quemados y después se determinó que el teñido se debía a un depósito de manganeso sobre los restos, producido por la descomposición de materia orgánica -carne y otros alimentos- junto a los huesos. Los investigadores concluyen que los cazadores mataban ciervos fundamentalmente en primavera y verano, estaciones en las que permanecían en la cueva. En ella ocupaban el vestíbulo exterior y usaban la zona interior como un improvisado lugar para los desechos.

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