Reportaje:

El homicida del metro, en el banquillo

Comienza el juicio contra el acusado de arrojar a una joven a las vías del suburbano

Miriam Alonso Corraliza esperaba el 4 de octubre de 2005 en el andén de la estación de metro de Carabanchel. Eran las ocho de la tarde y aquel día fue víctima de un suceso que conmocionó a todo Madrid. Mientras veía llegar el convoy, un joven se le acercó por detrás y la empujó con brío a la vía. Sin ningún motivo. Al maquinista no le dio tiempo a frenar y el convoy le pasó por encima: le amputó la pierna izquierda y el primer dedo del pie derecho, entre otras gravísimas lesiones. Miriam Alonso sobrevivió milagrosamente, pero aquello frustró su vida, con sólo 21 años.

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Miriam Alonso Corraliza esperaba el 4 de octubre de 2005 en el andén de la estación de metro de Carabanchel. Eran las ocho de la tarde y aquel día fue víctima de un suceso que conmocionó a todo Madrid. Mientras veía llegar el convoy, un joven se le acercó por detrás y la empujó con brío a la vía. Sin ningún motivo. Al maquinista no le dio tiempo a frenar y el convoy le pasó por encima: le amputó la pierna izquierda y el primer dedo del pie derecho, entre otras gravísimas lesiones. Miriam Alonso sobrevivió milagrosamente, pero aquello frustró su vida, con sólo 21 años.

Hoy empieza en la Sección 23 de la Audiencia de Madrid el juicio contra el agresor, Jorge Ramos Vázquez, entonces de 24 años. Es muy posible que los jueces le absuelvan del homicidio y acabe en un centro psiquiátrico, puesto que sufre esquizofrenia paranóide. Según él, fue Dios quien le empujó a hacerlo para demostrar su existencia entre los hombres.

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El tribunal ha convocado a un total de 15 testigos, incluida la propia Miriam, y a los policias que levantaron el atestado. También testificarán los forenses que examinaron a Miriam, que tardó en curar 179 días y estuvo 90 de ellos hospitalizada. El fiscal quiere que el acusado la indemnice con 456.000 euros, aunque es insolvente y no está claro quien pagará al final.Tras el espeluznante suceso, Metro y la Comunidad de Madrid se volcaron con Miriam y le prometieron una casa adaptada a sus necesidades y trabajo. Algunas promesas se han quedado en papel mojado, se quejó la víctima al cumplirse el primer año de su fatal accidente.

El escrito del fiscal, que pide para el acusado siete años de cárcel o casi 15 internado en un psiquiátrico, asevera: "El procesado, decidido a acabar con la vida de Miriam Alonso a pesar de que no la conocía de nada, en el momento que vio que el convoy del metro entraba en la estación le propinó un fortísimo empujón, arrojándola a las vías". Le considera autor de un delito de intento de asesinato, aunque con la atenuante de "anomalía psíquica", de ahí la pequeña pena que pide para él.

La acusación particular también plantea las dos opciones del fiscal, si bien exige que la indemnización sea de 860.060. La defensa Ramos Vázquez pide que se le aplique la eximente de esquizofrenia y sea internado en un psi iquiátrico. El acusado está ahora en la cárcel psiquiátrica de Fontcalent (Alicante). Él, ante sus médicos, interpreta el ataque a Miriam "como una forma de demostrar a la gente que necesitamos a Dios". ¿Por qué empujó a esa chica en concreto? "·Porque era gordita", confesó. "Era mejor para mí que me perdonasen por lo que habían hecho que por lo que había pensado, porque así el amor es más grande". El acusado pretende usar el altavoz del juicio para abundar en sus delirantes ideas. "Quiero unir a Dios con la Humanidad. Ésa es mi misión: comunicar mi mensaje en la televisión durante el juicio". Miriam ahora sólo quiere que se haga justicia y que el acusado no salga a la calle y haga otra locura.

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Miriam Alonso, que perdió una pierna atropellada por el metro tras ser empujada a la vía.BERNARDO PÉREZ

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