Reportaje:

Reivindicación de la industria

Una exposición y unas jornadas buscan las claves del futuro en el pasado del sector

Aunque la constancia escrita sobre el proceso de industrialización se remonta a 1154 con una fábrica de papel en Xàtiva, la revolución industrial valenciana empezó en 1837 con la instalación de la primera máquina de vapor en la industria sedera de Dupuy de Lome en el barrio de Patraix, en Valencia. Desde entonces, la industria fue conquistando hitos (como el temprano establecimiento del ferrocarril de Valencia al Grau en 1852), ocupando espacios (como Alcoi, Ontinyent, Albaida o Ibi) e intensificando su potencia (como la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo, Valenciana de Cementos, La Primiti...

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Aunque la constancia escrita sobre el proceso de industrialización se remonta a 1154 con una fábrica de papel en Xàtiva, la revolución industrial valenciana empezó en 1837 con la instalación de la primera máquina de vapor en la industria sedera de Dupuy de Lome en el barrio de Patraix, en Valencia. Desde entonces, la industria fue conquistando hitos (como el temprano establecimiento del ferrocarril de Valencia al Grau en 1852), ocupando espacios (como Alcoi, Ontinyent, Albaida o Ibi) e intensificando su potencia (como la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo, Valenciana de Cementos, La Primitiva o Unión Naval de Levante), hasta la década de los sesenta, en que la generalización de este sector transformó por completo la sociedad valenciana.

Ahora, en medio de una crisis de calado, definida por la globalización y la deslocalización, el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunidad Valenciana, en coordinación con la Diputación de Valencia y la Fundación Bancaja, efectúa una seria reivindicación del sector a través de la exposición Dos siglos de industrialización en la Comunidad Valenciana, que desde ayer puede visitarse en el Muvim, en Valencia. La muestra, comisariada por Juan Lagardera, reúne 367 piezas de valor histórico, entre las que destacan el primer prototipo de Ford Fiesta fabricado en Almussafes el 18 de octubre de 1976, un mamperlán cerámico del año 1600, o un interfono producido por Fermax en 1949, cuyo valor tecnológico los coleccionistas cifran en más de 60.000 euros. La exposición se divide en diez espacios, en representación de otros tantos sectores, y relata el proceso de industrialización y los profundos cambios experimentados por la industria.

Los organizadores complementan este recorrido por la industria con un ciclo de diez mesas de debate con expertos y referentes empresariales de los principales sectores productivos valencianos. La primera de ellas, sobre transporte y logística, tendrá lugar el próximo 25 de septiembre. Según José Miguel Muñoz Veiga, responsable de los contenidos de la exposición y las mesas, se trata de "repasar el pasado en clave de futuro" en un momento en que la industria valenciana se encuentra en una situación de tránsito en la que se impone la reflexión para que el sector sobreviva a las turbulencias y siga representando entre el 30 y el 35% del PIB valenciano.

Muñoz pone el énfasis en la necesidad de abrir espacios para que los sectores maduros, mediante la investigación, se adapten a las nuevas oportunidades, como hizo la metalurgia en el pasado aprovechando la desamortización de Mendizabal al convertir el secano en regadío con la nueva industria de bombas de agua. "El pasado nos da la clave", explica. Muñoz ve una oportunidad para que quien se ha capitalizado en los últimos años invierta en sectores emergentes, como la industria de la acuicultura y las energías renovables. "Y no se repita lo que pasó en Sagunto, la desmantelación de la industria y los equipos humanos", advierte.

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