La policía desaloja a 90 rumanos de un asentamiento en Córdoba

Los extranjeros llevaban más de un año instalados en chabolas

El Cuerpo Nacional de Policía terminó ayer en Córdoba con un asentamiento de ciudadanos rumanos de etnia gitana en el que vivían entre 70 y 90 personas desde hacía más de un año. Los inmigrantes se habían instalado en un terreno privado en la zona de la avenida del Aeropuerto, por lo que hubo que esperar a una orden judicial que permitiera el desalojo. El mandato llegó el viernes y durante el fin de semana las familias han ido dejando el campamento.

"Nos han dicho que se irán a la recogida de la uva a Albacete o a Sevilla", afirma Ana Morales, concejala de Bienestar Social. Del casi cen...

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El Cuerpo Nacional de Policía terminó ayer en Córdoba con un asentamiento de ciudadanos rumanos de etnia gitana en el que vivían entre 70 y 90 personas desde hacía más de un año. Los inmigrantes se habían instalado en un terreno privado en la zona de la avenida del Aeropuerto, por lo que hubo que esperar a una orden judicial que permitiera el desalojo. El mandato llegó el viernes y durante el fin de semana las familias han ido dejando el campamento.

"Nos han dicho que se irán a la recogida de la uva a Albacete o a Sevilla", afirma Ana Morales, concejala de Bienestar Social. Del casi centenar de rumanos asentados en el campamento desmantelado ayer, sólo tres familias decidieron acogerse a los servicios sociales que presta el Ayuntamiento.

En Córdoba el fenómeno de los asentamientos se repite desde hace casi cuatro años, recuerda Mikel Araguás, responsable de APIC-Andalucía Acoge. Y no se ha encontrado una solución estable. El Ayuntamiento, gobernado por IU y PSOE, tiene en marcha una unidad de intervención que recorre estos campamentos. Se ofrecen medidas de urgencia a los chabolistas, como alojamientos temporales en el albergue municipal y atención sanitaria. Además, se ayuda a la escolarización de los menores.

Sin embargo, las asociaciones que trabajan con ellos creen que no es suficiente. "Quieren encajar una realidad distinta en el traje estándar que existe de intervenciones sociales", afirma Carlos Arce, de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. "Son necesidades distintas. Una y otra vez la solución no puede pasar por invitarles a ir al centro cívico o por sólo la escolarización, porque se dan casos como el de una niña que durante el día está en clase pero por la noche duerme en un coche con sus padres", añade Arce.

Varios rumanos del campamento de Córdoba, durante el desalojo.M. P.
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