Reportaje:

Arrollado por los basureros

Un hombre de 49 años muere en Carabanchel atropellado por un camión

El muro de la casa de Francisco Martín sabe mejor que nadie que los coches que circulan entre las calles de Saldaña y Doctor Espina (Carabanchel) no suelen respetar los límites de velocidad. La esquina de ladrillos está, más que arañada, mordisqueada. Son calles estrechas y el ceda el paso situado a la altura del número 6 de la calle de Saldaña muchas veces sólo está de adorno. En ese punto, donde no hay paso de cebra, murió ayer un hombre de 49 años, F. L. P., atropellado alrededor de las once de la mañana. Un camión de la basura, que cabe justito entre una acera y los coches aparcados en la ...

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El muro de la casa de Francisco Martín sabe mejor que nadie que los coches que circulan entre las calles de Saldaña y Doctor Espina (Carabanchel) no suelen respetar los límites de velocidad. La esquina de ladrillos está, más que arañada, mordisqueada. Son calles estrechas y el ceda el paso situado a la altura del número 6 de la calle de Saldaña muchas veces sólo está de adorno. En ese punto, donde no hay paso de cebra, murió ayer un hombre de 49 años, F. L. P., atropellado alrededor de las once de la mañana. Un camión de la basura, que cabe justito entre una acera y los coches aparcados en la otra, lo arrolló.

El hombre no murió en el acto. Sufrió un traumatismo abdominal muy grave y tenía las piernas en el mismo estado. "Una de ellas ha quedado en estado catastrófico", relató un portavoz de Emergencias Madrid. La extremidad era irrecuperable y la víctima sangraba abundantemente. El hombre fue trasladado con vida de urgencia al hospital Clínico San Carlos. Tras su ingreso, falleció. El cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, donde hoy se le practicará la autopsia. Ningún familiar estaba ayer por la tarde allí.

Los vecinos de la calle denuncian que los vehículos van demasiado deprisa

Francisco, el vecino de la casa mordisqueada, no estaba en su vivienda cuando ocurrió el atropello. Y tampoco quería acusar a nadie. Pero le venía a la cabeza algo que sucedió la semana pasada: "Recuerdo que atravesó mi calle a toda velocidad un camión de la basura. Iba tan rápido que hasta los chicos que iban agarrados detrás le gritaban que aflojara la velocidad". En su opinión, hay muchos conductores que no respetan señales y límites. Francisco no era el único vecino que ayer se quejaba de lo mismo. "Los coches se comen la calle", aseguraba una mujer que vive en el bajo del número 6, justo enfrente de donde murió el atropellado. Flora Sánchez, vecina de una casa cercana, lo corroboraba: "Normalmente se respeta poco".

Sin embargo, según detalló ayer un portavoz de Emergencias Madrid, el hombre no fue derribado frontalmente. Es decir, no fue sorprendido por la alta velocidad del camión. "Dio un paso al frente antes de lo necesario. Calculó mal al cruzar la calle", dijo este portavoz. La Policía Municipal explicó ayer que están investigando las circunstancias del atropello. No se sabe si fue un despiste o que el hombre se abalanzó adrede.

El portavoz de Emergencias contaba además que tanto el conductor como el resto de trabajadores que iban en el camión estaban muy afectados por lo ocurrido. "Decían que habían escuchado un ruido repentino pero que no sabían lo que era", relataba. Dos psicólogos del Samur atendieron a estos empleados.

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Ninguno de los vecinos preguntados de los pisos cercanos al lugar del atropello conocía a la víctima. En la cercana cafetería El Rincón de Paloma, su dueño, Sergio Pérez, detallaba cómo había sido la mañana en su bar: "Nos enteramos porque entró un policía municipal a comprar tabaco y nos lo comentó". Pero en la cafetería nadie conocía al fallecido. "No debía ser del barrio. A lo mejor iba al ambulatorio, que está justo en la calle de Saldaña", especulaba Sergio, quien, eso sí, insistía en que él no sabía "nada".

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